*Santi Giménez y Memo Ochoa
*Jimmy Lozano, ni problema, ni solución
*Grito homofóbico, manera de protestar
Por Noé Flores Cortés
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No hay más, Estados Unidos es mejor que México y lo volvió a demostrar al ganar la gran final de la concachampions, otra vez al son de 2-0, pero pudo ser más abultado el marcador, pues del otro lado, aunque hubieran agregado 20 minutos, no había manera de anotar.
No es por falta de Santi Giménez, ni por el hecho de mantener a Memo Ochoa en la portería del equipo mexicano, que no ganemos o que se pierda, sencillamente no tenemos con qué competirle a Estados Unidos.
Nos falta futbol, hombre por hombre; no tenemos juego de conjunto y quizá nos equivocamos en el planteamiento del juego ante los gringos que aprovecharon todo, hasta el miedo que les tenemos para ganar el partido y levantar el trofeo otra vez.
México no cuenta con un hombre desequilibrante, tampoco tiene un jugador que marque diferencia, por lo que la fortaleza que se pudiera tener para poder competirle a cualquiera es el juego de conjunto y no aparece y con lo que tenemos no nos alcanza.
Buscar culpables es fácil, Jimmy Lozano dejó en la banca a Santiago Giménez por la presión o por los compromisos que tiene y no tenemos gol, pero ese no es el problema, aún con Santi y Martin juntos, no hay llegada y vaya ni siquiera aparece alguien que se atreva a tirar de media y larga distancia.
No estamos descubriendo el hilo negro, todos sabemos que desde hace años, Estados Unidos nos ha superado, pues ellos trabajan para tener un equipo competitivo para el Mundial y nosotros caminamos hacía atrás y el resultado está a la vista.
Ahora bien, cambiar al técnico, no soluciona nada, pues él precisamente no es el problema; es parte de él; tampoco es la solución dejar en la banca a Memo Ochoa, muy a pesar de que en el primer gol, debió hacer más y vale la pena hacer un cambio generacional, pero con otro guardameta, en este momento, no cambiará nada.
México tiene para seguir ganando juegos “moleros”, pero para competencias oficiales, no tenemos con qué competir.
Si queremos cambiar, se tiene que empezar ya, desde arriba; todo lo que se dijo que se haría después del Fracaso en Qatar y que no se hizo; bajar a 4 los no nacidos en México, darle oportunidad a la sangre joven y luego, esperar a que la semilla germine, es decir, el cambio se empezará a notar en cuarto o seis años, antes no. Digo yo.