Fue un 21 de octubre de hace tres años cuando vio la luz primera el club de atletismo Cimarrones de Córdoba, concebido por Tomás Barrón y encumbrado por Timoteo Peña y su grupo de trabajo, por lo que éste domingo festejaron en grande el tercer aniversario con una carrera de relevos, carnitas, pastel y música, desde luego guardando la sana distancia y disfrutando en grande.
En la zona cimarrón se formaron diez equipos de cuatro atletas, los cuales cubrieron una vuelta del circuito cada uno, de ahí se trasladaron todos a Paredones y aunque algunos llegaron con retraso pues se equivocaron y se fueron rumbo a Berlín y no a Calería, al final disfrutaron de ricas carnitas, arroz, frijoles, refrescos, agua de jamaica, jugo de naranja y una que otra cheve, que no podía faltar.
Para no perder de la costumbre de las “mañaneras”, en domingo, Timoteo Peña tomó el micrófono y realizó una remembranza de los Cimarrones de Córdoba, a quien llamó una gran familia, que ha venido de menos a más, no sin antes pasar varios obstáculos.
Se entregaron regalos a los mejores equipos de los relevos y a los atletas más significativos de los Cimarrones; se reconoció la labor de muchos, con souvenirs y chocolates, pero la tarde fue amena, lo mismo que los discursos, donde como cualquier mañanera, hubo ocurrencias, sin dejar de escuchar las porras; Timoteo agradeció en especial a su esposa y a su hijo por el apoyo brindado.
Finalmente, cuando Epigmenio y el hermano de Timo se habían cansado de espantar a las moscas, partieron el pastel y lo repartieron junto con un rifo café y con la promesa de seguir trabajando para que los Cimarrones de Córdoba sean cada vez más grandes. Felicidades.
Por Noé Flores Cortés
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