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Usuarios y organizaciones de la sociedad civil acusan que solo se compraron fármacos para un mes, y que están llegando a los centros de salud de los estados a cuentagotas, por problemas en la distribución.
Por Andrea Vega/ Animal Político
El pasado martes llegó la llamada que Josué esperaba desde hace días. Del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención de Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) de Tampico, Tamaulipas, donde él vive, le marcaron para avisarle que ya podía pasar a recoger su medicamento para el VIH.
Tenía dos semanas que no tomaba sus medicamentos y estaba aterrado por la posibilidad de que lo atacara lo que se conoce como una infección oportunista. Ya eran casi las 3 de la tarde cuando le marcaron, justo cuando cierran la distribución de medicamentos en el (CAPASITS).
Fue hasta este miércoles cuando por fin tuvo en su mano la caja de Atripla, el fármaco que toma para mantener a raya al VIH en su organismo y evitar caer en una fase de sida, como se le conoce cuando una infección oportunista, o varias, aprovechan las deficiencias del sistema inhume, provocadas por el virus, para atacar.
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