Ing. Alejandro Baizabal
Una de las fibras más delicadas ha sido tocada. Como si se abriera la caja de pandora. Uno de los mayores atracos a la nación está siendo desterrado por el presidente López Obrador, el robo de combustible o “huachicoleo”, pero ¿por qué tanta crítica?, ¿quiénes se beneficiaban?, ¿qué hay detrás? Un cáncer que había invadido los más de 8 mil kilómetros de poliductos del país. Las venas de la nación habían sido perforadas una y mil veces. Era un vicio imparable.
Para darnos una idea, la cifra de tomas clandestinas llegó a un nivel récord de 12,581 en octubre de 2018, es decir, un aumento de casi 800% tan solo en la administración anterior. Entre 2004 y 2016 se realizaban 1.5 perforaciones cada hora. El país pierde 65, 000 millones de pesos anuales. De enero a octubre de 2018 las tomas aumentaron 103% en comparación con 2017.
En días pasados la revista estadounidense “Rolling Stone” narró la historia de un líder huachicolero. La entrevista tuvo lugar en Orizaba, Ver. y relata con detalle la logística, número de integrantes y salarios. A tal grado llega que menciona el soborno a policías de la región y asesinatos. Además de su estilo de vida, y la devoción al Santo Niño Huachicol en la zona montañosa.
Ana Lilia Pérez describe en su libro “Pemex RIP” el entramado para el robo de combustible. Comenzando desde los pozos petroleros, pasando por las estaciones de recolección, centros de transferencia y por último el asalto a pipas. Además, la ordeña Offshore o marítima, teniendo como antecedente el aseguramiento del Dominic en 2013, un barco que llevaba 25,000 litros de gasolina y 219 bidones. Así como del Havnor en el sexenio de Calderón quien transportaba casi un millón de litros de diésel sin documentos. El Capitán Kenny, un buque con bandera de EU que transportaba 400,000 litros de forma ilegal, por mencionar algunos.
Y lo más sorprendente será cuando las cifras de robo en mar sean mayores que en tierra. Se calcula que por cada atraco se extraen entre 600,000 y hasta 800,000 litros de combustible, equivalente a 30 y hasta 40 pipas. La propia Ana Lilia cuenta que hay barcos que se mueven en las regiones de Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, con el apoyo de autoridades policiales y funcionarios de gobierno. Tal cual actuando como unos verdaderos piratas.
La explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo resultado de la imprudencia y el caos. Un municipio donde se habían detectado 10 tomas en los últimos 3 meses. En las horas siguientes, pobladores intentaron cruzar el cerco militar en busca de sus familiares, y se observó a una mujer gritar “¿Por qué no se pusieron así cuando ellos querían entrar a tomar gasolina?”, ahora culpando a los cuerpos de mando y gobierno por los actos de rapiña, siendo que cada uno es responsable de sus actos. La ignorancia y pobreza no son razón para delinquir. Sin duda un hecho lamentable, en donde refleja por un lado la “necesidad” de la gente sin medir el peligro, y por el otro un protocolo de seguridad rebasado. Ambos deben ser reforzados, más aún los valores de nuestra sociedad.
En la columna “el delito del huachicol contado desde la cárcel”, se cuenta la historia de tres personas que decidieron entrar a este mercado, uno de ellos con estudios y experto en el sector, “dejaba cuantiosas ganancias”, dicen ellos. Y además relatan que policías, funcionarios y presidentes municipales formaban parte de la logística, “nosotros solo somos carne de cañón”, comentan.
El desabasto de gasolina ha sido otro punto crítico, y es que todo combate de gran magnitud tendrá costos sociales y económicos. Por más tecnología que se aplicase, estando en manos de ladrones nunca iba a surtir efecto. Eso sí, las mejores prácticas internacionales deben estudiarse, evaluarse y ¿por qué no?, aplicarse de acuerdo con las condiciones de nuestro país. Además, se ha puesto al descubierto la inseguridad energética del país, por la vulnerable infraestructura para la distribución y almacenamiento de combustibles.
Finalmente, el dragón que mantuvieron dormido y cobijado por varias administraciones comienza a despertar. Se requiere castigar a los huachicoleros de corbata, los empresarios coludidos, líderes protegidos y funcionarios cómplices. Es un hecho que la brecha de desigualdad ha incrementado la violencia, por ello la sociedad tendrá que fortalecerse desde la raíz, con educación y valores, no hay más. Y esto es solo el inicio, el próximo será CFE.