@LíneaCaliente
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Por Edgar Hernández*
La última víctima de violencia sexual Paola “N”.
Total, impunidad la del presunto depredador Carlos Alberto Hernández Apango, a pesar de tener interpuesta una denuncia ante la Fiscalía General del Estado.
Hernández Apango transita sin pena o angustia alguna por el claustro de la Universidad Veracruzana donde de manera repetida ha cometido diversos ataques contra las estudiantes.
Carlos Alberto sabe que cuenta con la complicidad manifiesta del Rector de esa casa de estudios Martín Aguilar Sánchez quien es su compadre y amigo del alma.
El no hacer y dejar pasar de quien encabeza la rectoría es una clara muestra de complicidad, una complicidad compartida incluso con el área jurídica de la institución que cada vez que enfrenta un problema de ese tipo da el esquinazo.
El área jurídica de la UV simplemente voltea para otro lado y deriva este tipo de violencias a careos e interrogatorios citando al victimario y a la víctima al mismo espacio físico.
Eso es lo que pretende la UV con Paola “N” sin considerar que altera el debido proceso, soslaya que hay una Carpeta de Investigación en contra del C. Carlos Alberto Hernández Apango, consignada en la Fiscalía Especializada contra Delitos de la Mujer, Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Veracruz.
Y no solo eso, la UV vulnera las medidas de protección que resguardan la seguridad física y emocional de la agraviada, las cuales están establecidas en el Código de Procedimientos Penales, así como lo dispuesto en FEVIMTRA, donde incluso se marca un “Perímetro” (sic) donde la “Victima” no puede estar cerca y expuesta al victimario, ya que ello daría lugar a su revictimización.
El caso Paola “N” es una brutal historia.
Fue abusada por su “Maestro de Artes”, Carlos Alberto Hernández Apango, quien luego de darle un brebaje a esta joven de escasos 22 años, queda inconsciente para luego violentarla sexualmente.
La historia para colocar en contexto a este depravado quien al menos en los últimos cuatro años ha repetido la práctica de la seducción en estudiantes universitarias acompañada de drogas las cuales alumnas y exalumnas están dispuestas a hacer públicos sus testimonios- fue denunciado por Paola “N” ante la Fiscalía General de Veracruz.
En la relatoría de hechos Paola “N” consigna sus estudios en la UV como Técnico Medio en Dibujo y Pintura, quien expone ante la autoridad y la misma rectoría, en misiva enviada al rector Martín Aguilar -quien por cierto busca reelegirse de manera espuria- los hechos que antecedieron al ataque sexual.
Relata la afectada que conoce “al maestro Carlos Alberto Hernández Apango en las instalaciones de la Universidad Veracruzana del Taller Libre de Arte de Xalapa”.
“Él era mi maestro de la clase de dibujo II (quien) en un principio se mostró como mi amigo, en alguien que exaltaba en mi supuesto talento en las artes, diciéndome que podía llegar a ser grande”.
“Así, poco a poco se ganó mi confianza, al grado de que manipulaba situaciones para que fuera necesario vernos fuera de la escuela, en ocasiones con la excusa de “ayudarlo” a planear clases tanto del Técnico en Dibujo y Pintura como de los AFELES, todo esto en relación a los trabajos que tenía que realizar como parte del Servicio Social el cual es necesario para el proceso de titulación”.
Estas reuniones -prosigue Paola “N”- las fue llevando a un lado más informal y constantemente “me proponía grabar videos para mis redes sociales sobre mis dibujos, lo cual él me decía que era parte de las evidencias del servicio social; así grabamos tres videos, dos de estos en su casa ubicada en calle Betancourt 120, en un loft en el primer piso”.
Prosigue la denunciante:
“Ya para la tercera reunión sacó una botella de vino para ´celebrar´ y entre la plática me percato que ya eran las 8 de la noche e iba por la segunda copa de vino. De pronto pierdo conocimiento y despierto atontada”.
“No había casi luz ya que su domicilio tiene unos focos especiales llamados luz de tugsteno los cuales dan una luz muy tenue. Despierto al escuchar el sonido de mi teléfono y me encuentro con que lo tengo encima de mi sin pantalones abusándome sexualmente”.
“Ante mi coraje, simplemente me dice que no pasa nada y que me calme. Yo me levanto muy alterada me visto y me salgo corriendo de su departamento”.
Prosigue:
“Para esto, cuando recupero la conciencia eran las 2 de la madrugada. Todas estas horas transcurrieron sin estar consciente debido a la bebida que me proporcionó”.
“¡Salí huyendo!”
“Al día siguiente me llama por celular para asegurar que no hablara del tema, haciendo referencia que él se mataría si volviera a haber otro linchamiento público como los que ya ha tenido previamente por situaciones similares”.
El relato prosigue, “Me llené de miedo. Después de ser objeto de semejante ataque acudí a ayuda psiquiátrica y psicológica. Viví el enorme dolor familiar a las que se sumaron las repetidas amenazas de parte de mi agresor Carlos Alberto Hernández Apango”.
“El me advertía en repetidas ocasiones las represalias que pudiera ser objeto gracias a las relaciones que tenía con el rector, mismas que en lo inmediato se hicieron manifiestas al no otorgarme mi Constancia de Servicio Social, luego desacreditarme con mis compañeras”.
“A partir de la violación todo ha sido en mí inseguridad, temor e incertidumbre”.
El rector Aguilar, ante el repetido reclamo familiar, sobre todo el de su madre Paola quien le advirtió que haría público el caso, dio lugar a que el rector le garantizara el despido de Carlos Alberto Hernández Apango.
Sin embargo, ello no sucedió, simplemente mandó de vacaciones a su amigo y compadre.
Así sucedieron estas últimas vacaciones de Verano cuyo regreso del violador Carlos Alberto Hernández Apango, se presenta en la máxima casa de estudios de Veracruz ufano de que “¡me la pelaron!”.
Mañana, en este espacio, le presentaré el resto del testimonio de Paola “N” y el pretexto del rector Martín Aguilar Sánchez, para deslindar de toda responsabilidad al multicitado Carlos Alberto Hernández Apango.
Por lo pronto Paola “N” adelantó que este martes no se presentará a la confrontación con su victimario ya que además le exigen “lleve evidencias y testimonios de la violación”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo