Córdoba, Ver.- Han pasado 10 años desde la noche del 26 de septiembre, cuando se cometió la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
En 2014, el Partido Comunista de México participó en las movilizaciones políticas ocurridas en la Ciudad de México y en Guerrero, desatadas por la indignación y la rabia que provocaba atestiguar el carácter represivo del ejército, la policía, el gobierno federal y el gobierno estatal.
Hoy, continuamos la lucha junto a los normalistas y seguimos señalando que el Estado es el culpable de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. También sostenemos que el Estado y el Ejército de hace diez años son los mismos que tenemos actualmente. El cambio de partido gobernante y de figura presidencial no altera el carácter burgués del Estado ni sus objetivos de resguardar los intereses de los monopolios, a costa de reprimir a estudiantes y trabajadores si es necesario.
En el 2014 crimen de Estado de Ayotzinapa despertó un proceso de insumisión en el que la participación de estudiantes, trabajadores y demás sectores del pueblo de México, hizo tambalear al gobierno de Peña Nieto. Aunque el motivo explícito de las protestas fue la brutal represión del Estado contra los normalistas, el que estas se extendiera a nivel nacional, tuviera una participación masiva y fueran elevando el nivel de confrontación, solo se puede explicar comprendiendo que el caso de Ayotzinapa canalizó el malestar del pueblo, la insatisfacción de las necesidades populares. De hecho malestar social ya se había expresado previamente con el movimiento magisterial que llevó a la CNTE a tomar el zócalo en 2013 y se volvió a expresar en enero del 2017 cuando el aumento de los combustibles desató protestas a nivel nacional que obligaron al gobierno a revertir esta medida que pauperizaba aún más la vida de los trabajadores.
Así pues, el caso de Ayotzinapa es vigente a 10 años de ocurrido, no solo por el contenido humanitario de la búsqueda de justicia por parte de los familiares de los normalistas desaparecidos, sino también porque evidencia que el Estado mexicano que en 2014 fue el responsable de la desaparición de los 43, es el mismo Estado que tenemos hoy día, tanto así que el gobierno de López Obrador no resolvió el caso, el expresidente Peña Nieto y otros funcionarios siguen viviendo impunes y se sigue protegiendo a los mandos militares que confeccionaron la desaparición.
El gobierno de López Obrador hizo la promesa de resolver el caso de los 43 normalistas, igual que prometió revertir la reforma educativa las políticas neoliberales; no obstante, no cumplió con ninguna de estas promesas, por el contrario, dio más poder político y económico a los militares, reafirmó el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, amplió los recortes presupuestales a educación y salud y precarizó los salarios con proyectos sociales como “jóvenes construyendo el futuro” y “sembrando vida”. Estas políticas dañinas al pueblo trabajador han venido acompañadas de programas sociales para mitigar la pobreza pero que no resuelven las necesidades de los trabajadores. Dado que siguen latentes los motivos profundos que llevaron a la radicalización de las protestas del 2014 por los 43 normalistas, nuevamente emergerá la insumisión vista hace diez años.
La insumisión regresará con mayor intensidad, alcance y masividad, y desgarrará la aparente “paz social” que hoy proclama el gobierno de Morena. Entonces será el momento de que los comunistas y la clase obrera derroquemos este sistema de explotación, precondición para que se haga justicia a los 43 normalistas de Ayotzinapa y a los miles de trabajadores, campesinos, mujeres y estudiantes que han sido asesinados por el Estado burgués.
A 10 años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, El Machete, órgano del Comité Central del Partido Comunista de México ha decidido publicar el Suplemento político donde se evidencia que el gobierno de López Obrador incumplió la promesa de esclarecer el caso de los normalistas, y no buscó satisfacer la demanda de justicia que han mantenido los padres de los normalistas y el pueblo de México.