[vc_row][vc_column][vc_column_text]POR AMOR AL ARTE: Democracia incompleta Por Juan Carlos Ortiz Romero
La reflexión no puede frenarse, analizando al maestro Robert Alexy referente al Estado Democrático de Derecho, vino a mi mente la forma de la elección popular y los efectos de porqué en México no pareciera que tuviéramos democracia.
He llegado a una conclusión básica, el fenómeno social y político en nuestro país se debe a que tenemos «Una democracia incompleta»
Veamos:
Pensemos que para designar a un funcionario de elección popular, la forma de participar en el juego de las elecciones -si se me permite esta expresión-, es identificándose mediante colores; y así la ciudadanía reconoce al grupo rojo, al verde, al amarillo, al azul, al morado, etcétera.
Al identificar a un participante por color, pareciera que hacemos como que creemos que pertenece a una ideología determinada, persiguiendo fines concretos y con una visión clara de sus promesas, sus acciones y sus resultados.
Algunas personas religiosamente se comprometen con los grupos de colores (llamados partidos) a un extremo casi casi nivel fanático, lo que hace luchas de poder personales y aguerridas.
Pero el tema de hoy radica en establecer que después de la jornada electoral, la persona al ganar la elección debe despojarse del color que le permitió identificarse.
Hasta aquí pareciera una idea absurda, pero analicemos lo siguiente.
Una vez que se ha ganado la elección, ese funcionario debe servir a todos, sin distinción, sin discriminación, atender a la pluralidad; este funcionario es un servidor público, no es privado de los de su color o sus allegados, ¡es público!
Y de esta forma es como encuentro equivocada la dinámica política y social, pero más aún, es incompleta.
Resulta que si el funcionario no se despoja de su color, todas sus decisiones que tome para el encargo no serán tomadas de las necesidades de la pluralidad de gobernados, sino que sus decisiones sólo serán el referente de sus partidos (perdón, de sus colores)
La idea es que los partidos políticos solo sirvan para identificar a los contendientes, pero que no ejerzan decisiones de poder, ya que el voto fue una decisión ciudadana que nunca tiene reintegro en las decisiones políticas ya que la ciudadanía nunca puede emitir una opinión sobre las decisiones que solo se vuelven partidistas.
Ante esta idea, entenderemos que la aprobación de leyes se quedan en decisiones de bancadas de colores, que se aglomeran en sus curules manejando pesos y contrapesos eminentemente políticos y no sociales, sin determinar las causas y los efectos que tengan sus decisiones, ya que los gobernados nunca volverán a ser tomados en cuenta, solo hasta las siguientes elecciones y bajo las mismas reglas.
La democracia es eminentemente incompleta ya que el funcionario elegido no tomará en cuenta la realidad de las necesidades de los que votaron por él, sino que solo se quedara en las convenientes decisiones de «su partido»
Razonar el voto no sirve de nada si seguimos jugando de la misma manera, donde no ganamos todos.
Hagamos juntos una verdadera transformación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]