“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa”
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Jorge Salazar García. 25/05/2025
Del filósofo pitagórico Demócrates dimanan los principios básicos de la democracia. A él se le atribuye la sentencia del epígrafe.Este artículo trata de los principios a que se refería ese filósofo. Dichos principios están inmersos en los derechos fundamentales del hombre; son considerados en la Ética como universales y necesarios para procurar una vida que valga la pena vivir.
Abordar este tema en la era neoliberal, cuyo desprecio por la Ética y las humanidades se induce en los programas educativos públicos, centrados en la competencia, emprendedurismo y consumo irracional no sólo es pertinente, sino necesario. Pero ¿cómo manejarlo ante una sociedad adormecida que no lee y acepta resignada ponerle precio a la vida y cree que la Ètica es una cuestión de comunistas, perdedores, débiles o resentidos?
Tal vez lo más razonable sea empezar los concepto.
¿Qué es la Ética?
Esta palabra proviene del término griego “ethos” que significa “modo de ser” o “carácter”. Como disciplina se encarga de “estudiar el obrar humano en cuanto a las normas (Principios) y fines que determinan su rectitud”. El escritor español Fernando Savater la define con base en ese Principio sin el cual los demás son inexistentes: la vida. Para él la Ética consiste en tener “coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir”.
¿Qué es un Principio?
El sustantivo proviene del Latín principium; significa origen, comienzo. La Ética considera a los principio “reglas o normas universales que orientan a las personas en sus acciones para satisfacer su necesidad de desarrollo y felicidad. Es decir, son los fundamentos de los ideales humanos tales como la vida, el amor, la justicia, la paz, la verdad y la libertad. A menudo estos son confundidos con los valores. Para evitarlo veamos sus diferencias.
¿Qué es un Valor?
Es una cualidad o virtud manifestada en actitudes y acciones exentas de dolo, alevosía o ventajas personales. Se derivan de la dignidad humana. Son atributos positivos de la parte buena de nuestra especie, tales como la solidaridad, respeto, honradez, gratitud, sinceridad, responsabilidad, generosidad, tolerancia, humildad, piedad, etcétera. Todos ellos se derivan de principios; por ejemplo, la solidaridad requiere del amor; sin este la solidaridad podría devenir en un antivalor expresado en una acción o actitud negativa y/o perjudicial como la simulación, el oportunismo, el odio, etcétera. Los valores se deforman a conveniencia transformándose en antivalores. Le pongo un ejemplo un político que obedece a su jefe ladrón o un ciudadano que protege al nacotraficante por reciben beneficios de ambos, no están siendo leales, sino corruptos (antivalor) igual que aquellos.
Precisión semántica
Recurriendo a una simple analogía, (burda si se quiere) consideremos que los principios son moldes y los valores, lo que se vacía en ellos. Todo mundo dispone de los mismos moldes, (los mismos principios) que determinan la forma del contenido (galletas, por ejemplo). Lo importante es que cada persona puede decidir libremente qué ingredientes utilizar en la confección de su galleta. Esto es, determina su sabor e intensidad dependiendo del tiempo, lugar y cultura donde se confeccione. La galleta tendrá la misma figura pero diferente calidad. Esto quiere decir que los valores son relativos y los principios absolutos.
Ejemplo de relatividad en el tiempo: antes, conservar la virginidad hasta el casamiento era una virtud que denotaba respeto hacia el esposo(a). Hoy, aunque la virginidad pueda seguir siendo un valor, tener relaciones sexuales antes del matrimonio no significa ser irrespetuoso si el amor prevalece.
Transgresión.
Indiscutiblemente, el hombre es él y sus circunstancias (Ortega y Gasset). Las condiciones naturales, económicas, políticas, sociales y familiares moldean su comportamiento. No obstante, una vez adquirida conciencia de su existencia, sólo él es responsable de elegir actitudes y acciones al momento de interactuar con los demás. Los mejores, pueden lograr la divinidad; los peores, la malignidad. La mayoría nos ubicamos entre ambos; en esa humanidad preocupada más por acumular y consumir que pensar y filosofar. Quedan los otros, los rebeldes, los idealistas que luchan por dar sentido a su existencia sin causar perjuicios o daños intentando no caer en la sumisión del santo ni en la arrogancia del perverso.
Es la consciencia la que nos advierte cuando hay algo indebido (antivalor) al interactuar con los demás. No obedecerla, tarde o temprano, ocasionará consecuencias negativas cuya magnitud dependerá del daño causado, aunque lo sepultemos con placeres sensoriales explosivos. Debe aclarase que la transgresión de un valor, generalmente implica la violación de un principio y otros valores. Tal sería el caso de la acción de “mentir” deliberadamente para obtener beneficios (presentes o futuros) pisoteando el límite que impone la integridad del otro. El principio de la Verdad es violentado así como los valores de la honestidad y la lealtad.
Políticos y empresarios.
Actualmente, estos personajes amalgamados por la ambición de dinero y poder, en poco o nada se diferencian a la hora de ocultar la Verdad. Ambos venden (imagen y mercancías) presumiendo honestidad, respeto y jurando perseguir el bienestar de sus votantes y clientes, respectivamente. Los dos, capitalista y político, falsean la realidad cayendo en la simulación, la avaricia y el fraude que los posiciona dónde poder robar.
Definitivamente, al poder le estorban los principios y quienes los interpelan. Esto explica porqué, para simular soluciones y mantenerse en la impunidad, crean normas, leyes e instituciones en abundancia. Como dijera Cornelio Tácito “Cuanto más corrupto es un Estado, más leyes tiene”.
Kropotkin en “La Moral Anarquista”, fue certero respecto a que los actos mas repugnantes, los más indiferentes o el mas atractivo se hacen por conseguir un placer o para evitar una molestia individual. Eso hace el capitalista al perseguir satisfacer su codicia. Para estos señores y los políticos que los emulan, robar, mentir, traicionar, matar, etcétera, son actos indiferentes, no hay bien ni mal: “Salvar a un hombre que se ahoga, o ahogarle para apoderarse de su reloj, son dos casos equivalentes. Ver al mártir muriendo sobre el cadalso por haber trabajado en emancipar a la humanidad y el pícaro robando a sus compañeros se equivalen”.
Justicia y libertad
Estos principios van ligados a la verdad y la vida. El filósofo absurdista Albert Camus refiriéndose a ellos señala que si se fracasa en conciliarlas se fracasa en todo, pues sin justicia ni libertad, nos encaminamos al caos y la violencia. Esto, ya de por si grave, sumado a la generalización del desprecio y la insensibilidad en política prepara la instauración del fascismo, porque el hombre sin Ética se transforma en una bestia salvaje soltada al mundo.
Totalco, Laguna la Mancha y la CNTE.
No sólo los campesinos asesinados (Jorge y Alberto Cortina) para proteger a la trasnacional porcina Granjas Carroll fueron víctimas de la ausencia de Justicia-Verdad. Igual sucede con los pobladores de la región de Actopan que defienden su territorio de la contaminación y con los trabajadores de Educación de la Coordinadora Nacional que les mienten descaradamente. En el primer caso la gobernadora Rocío Nahle mantiene en la impunidad al autor intelectual de la ejecución de los campesinos ordenada durante el sexenio de su antecesor Cuitláhuac García Jiménez y además mintió al decir se suspenderían los trabajos de construcción de la granja avícola ubicada en un afluente de la laguna la Mancha. Siguen construyendo a pesar de existir mandato judicial de suspenderlos trabajos de construcción. Por su lado la otra señora Sheinbaum criminaliza y revictimiza a ese magisterio al que prometió en campaña derogar la ley del ISSSTE de 2007. Hoy se refugia en su palacio amurallado retirándose de la mesa de diálogo. ¡Qué sucedió con el no mentir y aquello de justicia para todos?
Por todo lo anterior y antes de que el régimen se descomponga más, urge un acuerdo nacional o pacto social que aspire asegurar la paz y respetar la vida pues ya han empezado a matarse entre ellos. Podría crearse una comisión de la Verdad y la Justicia encaminada a detener la pavorosa corrupción e impunidad que destruye el tejido social y lo positivo del régimen. ¿O usted cree que con la reforma y elección judicial devendrá la JUSTICIA o que ya salimos del neoliberalismo?