Orizaba, Ver.- De lo que antes era un caudal de apreciarse, hoy el río Orizaba quedó hecho un hilo de agua, debido a la grave sequía que se registra desde el nacimiento de este afluente en Ixhuatlancillo.
El hecho ha causado mucha conmoción entre los ciudadanos y turistas que admiraban el río cuando visitaban el zoológico.
En algunos tramos de este afluente se observan solo las piedras y en otras partes, los rastros de agua encharcada y maleza.
Esta alarmante situación ha llevado a los habitantes a expresar su preocupación y a subrayar la urgente necesidad de implementar estrategias para solucionar el problema.
“Es necesario tomar medidas inmediatas para salvar el río Orizaba. La desaparición de este afluente sería un golpe devastador para la región”, expresó un ciudadano.
La preocupación se intensificó al recordar que el último glaciar en el Pico de Orizaba, “El Jamapa”, está prácticamente extinto, lo cual contribuye a la disminución del caudal del río.
En tiempos pasados, el río Orizaba era conocido por alcanzar niveles de un metro o más durante la temporada de lluvias, hoy, esa imagen, parece lejana y difícil de recuperar.
La situación del río Orizaba no sólo representa un desafío ambiental, sino también una oportunidad para que la comunidad se una en busca de soluciones sostenibles que garanticen el futuro del afluente y de la región en su totalidad.