**CRONICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER.**
**6 de enero de 2024**
**UN DÍA COMO HOY**
**6 de enero de 1908**
Una nube negra inunda el aire fresco de la mañana. Por el chacuaco o chimenea del Ingenio El Potrero, se expira esa nube producto de la combustión de leña, madera y combustóleo que se consume en los hogares de las calderas 1, 2, 3 y 4, y que se preparan para generar el vapor que se ocupará en el proceso de producción y refinación de azúcar.
Es el primer lunes del año, y no es un lunes cualquiera. Ese primer día de Reyes en la naciente población, es el primer día de actividades dentro del Ingenio en preparación para los trabajos de zafra y es también el primer día de constituirse el pueblo, las primeras casas de madera y techo de palma o tlazoyo de caña se han construido entre la Calle Real y la vía del ferrocarril El Mexicano.
Serán las 4 de la mañana y en las casas y galeras de los obreros y campesinos empiezan las actividades. Las mujeres se han despertado y han puesto en el bracero a calentar la olla de frijoles, en el comal se asan jitomates, cebollas, ajo, chiles; pronto ese aroma inunda las pequeñas calles. En otra olla ponen a calentar el café.
Mientras, en grandes metates muelen los granos de maíz con agilidad hasta convertirlos en una masa blanca. Cuando tienen suficiente, se escucha aquel **clap, clap, clap, clap** hasta hacer una tortilla redonda, con agilidad, la ponen en el comal, la voltean una o dos veces y sigue la rutina hasta tener suficientes tortillas para preparar el itacate. Junto a la madre está un chiquillo, sin dejar de menear los chiles y los jitomates. La madre agarra una tortilla, le echa manteca, un poco de sal, la envuelve y se la da a su hijo, ¡qué sabroso manjar degusta aquel niño!
Antes de iniciar las actividades, los Reyes Magos entran por una ventana y dejan algunos juguetes para los niños de la casa, se abrazan, miran a sus hijos acostados en el suelo en un petate, se imaginan la cara de felicidad al despertarse.
Algunos hombres se han levantado y empiezan a afilar sus “mojarras”, ese machete con el que saldrán a realizar sus labores.
A las 5 de la mañana, aquellos hombres están listos, junto a los capataces que los llevarán a los diferentes campos para iniciar el corte de caña, suben a las carretas; otros irán caminando y quien tiene suerte va montado en su burrito o su caballo.
Los bueyeros, carretereros y narigoneros empiezan a mover las carretas hacia los diferentes campos.
En la represa del río Atoyac, en el cañón que divide el pueblo de la Angostura, los regresemos y sus ayudantes se preparan para armar una cortina improvisada, a la represa aún le faltan algunos detalles, para poder enviar agua suficiente hacia la planta hidroeléctrica construida frente a la hacienda de Tresgallos, y producir suficiente energía eléctrica para mover motores, bombas y otros equipos, así como alumbrado de fábrica y oficinas.
A toque de riel, a las 6 de la mañana, aquellos trabajadores que al terminar la construcción del Ingenio se quedaron para ver si alcanzaban trabajo en la fábrica se presentan en el portón principal, de ahí los van nombrando y son enviados a los diferentes departamentos: batey, molinos, calderas, defecación, centrifugas, triplex, refinería, tachos y otros departamentos.
Al caer la noche, terminan las primeras labores y a lo largo de la calle principal, algunos focos iluminan aquellas calles que hasta unos días antes estaban oscuras. La luz tintinea como si fueran cocullos.
La primera zafra del Ingenio El Potrero ha iniciado dentro del ingenio y en los diferentes frentes de corte.
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales Editor: Marck Zucaritas Qaker