José Vargas.
Coatzacoalcos, Ver. — Una densa nube de incertidumbre y molestia flota sobre los municipios de Nanchital y la congregación de Mundo Nuevo, en Coatzacoalcos, luego de que por segundo día consecutivo se reportara un fuerte y penetrante olor a químicos en el ambiente. Pese a la preocupación de la población, recorridos de inspección realizados por autoridades municipales y corporativos industriales no han detectado ninguna fuga o derrame aparente que explique el fenómeno.
Desde el domingo, colonias como Guadalupe Tepeyac, Las Dos Torres, San Agustín, Nuestra Señora de Lourdes y Manuel Ramírez han reportado episodios reiterados de olores a hidrocarburo con intensidad tal que los residentes comenzaron a experimentar síntomas como náuseas, ardor de garganta y dolor de cabeza. La situación se repitió este lunes con igual o mayor severidad, generando zozobra y múltiples llamados a Protección Civil para esclarecer el origen del olor.
Los patrullajes desplegados por elementos de Protección Civil municipal, en coordinación con la Dirección Estatal y personal del Comité Local de Ayuda Mutua (CLAM), abarcaron los derechos de vía de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y empresas industriales cercanas. No obstante, el balance preliminar fue negativo: no se detectó ningún indicio de fuga ni alteración en los ductos inspeccionados.
“Hasta el momento no se ha identificado ningún derrame. Se mantiene la vigilancia continua en la zona de ductos y puntos estratégicos del municipio para detectar cualquier variación o indicio anómalo”, aseguró Andrés Perales Solís, director de Protección Civil de Nanchital.
En paralelo, Braskem Idesa, una de las principales compañías asentadas en la zona industrial, también fue requerida para esclarecer su posible relación con el olor reportado. Sin embargo, su vocero, Sergio Plata, informó que el complejo petroquímico se encuentra fuera de operación desde mayo por mantenimiento programado, y que no hay flujo de producto en sus líneas ni actividad que pueda generar emisiones.
“Se realizó un monitoreo preventivo dentro y fuera de nuestras instalaciones y en los ductos cercanos. No hay evidencia de fugas ni presencia de sustancias fuera de lo normal. La planta está completamente inactiva”, puntualizó Plata.
Aunque la comunidad agradece la movilización de las autoridades, la explicación técnica no ha bastado para disipar la inquietud. “Es como si estuviéramos respirando gasolina. Mis hijos se han quejado de dolor de cabeza, y yo siento ardor en los ojos desde ayer”, denunció una madre de familia residente de Las Dos Torres. La molestia social crece en medio del silencio de otras empresas, cuyos nombres han sido señalados de manera informal por vecinos pero sin pronunciamientos oficiales hasta ahora.
En redes sociales, usuarios de Nanchital y Mundo Nuevo han compartido videos y testimonios del fenómeno, lo que ha contribuido a amplificar la alarma colectiva. Algunos exigen monitoreos independientes ante la falta de información concluyente, mientras otros han sugerido la posibilidad de un escape controlado que no ha sido reportado públicamente.
Por ahora, las autoridades locales mantienen operativos de vigilancia ambiental, pero sin nuevos indicios, el origen del fuerte olor permanece como un misterio químico sin resolver. La presión de los habitantes y la exigencia por una explicación clara obligan a las instancias responsables a intensificar su trabajo técnico y su transparencia informativa.
La situación pone nuevamente en evidencia la vulnerabilidad de los municipios del sur de Veracruz ante fenómenos ambientales relacionados con el sector petroquímico. Mientras no se esclarezca la causa, las calles seguirán oliendo a lo que nadie ve pero todos temen: un riesgo invisible.