José Vargas.
Coatzacoalcos, Ver.- Lo que por años fue una planta abandonada en el corredor industrial de Coatzacoalcos, hoy se confirma como uno de los centros clandestinos de refinación más grandes detectados recientemente en el sur de Veracruz. En un nuevo golpe al crimen organizado, fuerzas federales aseguraron una mini refinería clandestina, presuntamente habilitada por grupos delincuenciales que reactivaron la infraestructura para producir combustibles de forma ilegal.
El complejo fue ubicado sobre la carretera Coatzacoalcos–Villahermosa, a escasos dos kilómetros de la terminal marítima de Pajaritos, una zona clave del sector energético nacional. Según las indagatorias, la planta —que se encontraba dada de baja desde hace años— fue aprovechada y adaptada por células criminales para procesar artesanalmente derivados del petróleo, principalmente diésel y gasolina.
Datos obtenidos por este medio y confirmados por fuentes de inteligencia federal, revelan que en el sitio se producían aproximadamente 10,000 litros diarios de combustible artesanal, destinados presuntamente al mercado ilícito de hidrocarburos, una actividad que sigue generando millonarias ganancias al crimen organizado, a costa de la seguridad, el medio ambiente y la salud pública.
En el operativo, que se derivó de trabajos de inteligencia de campo y vigilancia aérea, participaron elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Secretaría de Marina, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, la Fiscalía General de la República y la Gerencia de Inteligencia Logística de Pemex.
En el lugar fueron asegurados más de 500 mil litros de crudo y refinados ilegales, así como equipos artesanales de procesamiento, infraestructura adaptada, tanques de almacenamiento y sistemas rústicos de refinación que operaban sin las mínimas condiciones de seguridad.
El titular de la SSPC, Omar García Harfuch, destacó que este tipo de operaciones clandestinas son muestra del grado de diversificación y peligrosidad de los grupos criminales.
“Estamos viendo cómo el crimen organizado no solo roba ductos, ahora están reactivando viejas infraestructuras para instalar refinerías ilegales, lo que representa un riesgo inminente de explosiones, incendios y graves afectaciones ambientales”, advirtió.
El hallazgo de este centro ilegal de refinación cobra aún mayor relevancia en el contexto de la crisis ambiental que desde hace días afecta al municipio de Nanchital, donde se han registrado fuertes y persistentes olores a hidrocarburos, provocando intoxicaciones en al menos cinco personas. Las autoridades presumen que las emisiones contaminantes de este complejo clandestino estarían directamente vinculadas a la contaminación que se ha extendido hacia dicha zona urbana.
Hasta el momento no hay reportes de personas detenidas, aunque el complejo permanece bajo fuerte resguardo de las fuerzas federales y estatales, mientras se amplía la investigación para identificar y desarticular a la red responsable de esta operación ilícita.
Como parte de las acciones posteriores al aseguramiento, se desplegaron recorridos aéreos y patrullajes especiales en toda la zona industrial de Coatzacoalcos, Nanchital y sus alrededores, con el objetivo de detectar la posible existencia de otros complejos clandestinos similares.
Este aseguramiento vuelve a exhibir la capacidad del crimen organizado para mutar su esquema del robo de combustible tradicional al montaje de verdaderas micro refinerías artesanales, aprovechando infraestructura energética abandonada y operando a gran escala, desafiando la capacidad de control del Estado en regiones altamente sensibles para la seguridad energética del país