José Vargas.
Acayucan, Ver.- Casi catorce años después de su misteriosa desaparición, el caso del periodista Gabriel Manuel “Cuco” Fonseca Hernández ha sido reabierto por la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión del estado de Veracruz. La reapertura del expediente busca determinar si el reportero desaparecido desde el 17 de septiembre de 2011 fue víctima de un homicidio vinculado a su labor periodística.
Fonseca Hernández, quien cubría la fuente policiaca para un medio local de Acayucan hoy extinto, fue visto por última vez tras asistir a una fiesta organizada por autoridades municipales en funciones en aquel entonces. Desde entonces, no se volvió a saber nada de él y su nombre se sumó a la lista de periodistas desaparecidos en Veracruz, uno de los estados más peligrosos del país para ejercer esta profesión.
Durante años, su expediente quedó prácticamente en el olvido, sin avances significativos ni presión institucional por esclarecer su destino. Sin embargo, en un giro inesperado, la Fiscalía especializada ha ordenado la reactivación del caso. Elementos de la Policía Ministerial han comenzado una nueva ronda de entrevistas con periodistas que conocieron a Fonseca, así como con personas que tuvieron contacto con él antes de su desaparición.
Aunque no hay resultados concluyentes hasta ahora, fuentes cercanas a la investigación indicaron que la nueva línea de trabajo se enfoca en recabar indicios que permitan considerar oficialmente su muerte, algo que no había sido reconocido jurídicamente en los años previos.
Este nuevo intento por esclarecer su paradero ocurre en un contexto nacional en el que la impunidad sigue siendo la norma: decenas de periodistas han sido asesinados o desaparecidos sin que existan sentencias firmes, mientras que familiares siguen esperando justicia bajo el peso de un duelo sin cuerpo.
El caso de “Cuco” Fonseca se convirtió en símbolo de la violencia silenciosa contra la prensa local, aquella que trabaja sin reflectores nacionales, pero con alto riesgo por documentar corrupción, abusos policiales y actividades del crimen organizado en municipios alejados del foco público.
Colectivos de periodistas del sur de Veracruz han exigido durante años la reactivación del expediente y la revisión de todas las omisiones que marcaron la investigación inicial. Hoy, con la reapertura del caso, renace también la esperanza de que finalmente se sepa qué ocurrió con “Cuco” y quiénes estuvieron detrás de su desaparición.
Mientras tanto, el gremio periodístico local vuelve a cargar con una vieja herida abierta, y la justicia, como siempre en estos casos, llega tarde y aún incompleta.