Orizaba, Ver.- Las familias de la Sierra de Zongolica enfrentan una creciente crisis económica como resultado de la drástica reducción en el flujo migratorio hacia Estados Unidos y la consecuente baja en el envío de remesas, situación derivada de las políticas restrictivas impulsadas desde el gobierno del expresidente Donald Trump.
Gerardo Gallardo, presidente de la Federación de Migrante Veracruzanos en América del Norte (Fevan), advirtió que desde la implementación de medidas más severas en la frontera norte, como mayor vigilancia, incremento en las deportaciones y procesos migratorios más complejos, la migración veracruzana, especialmente de regiones montañosas como Zongolica ha caído significativamente.
“El sueño de muchos jóvenes se ha frenado y con ello la entrada de divisas a sus hogares”, declaró Gallardo, por lo que precisó que de enero a junio de 2025 el envío de remesas cayó hasta un 6 por ciento, lo que ha afectado de manera directa a comunidades que por años han dependido de este ingreso para subsistir.
Municipios con alta expulsión migratoria en la Sierra de Zongolica hoy enfrentan un panorama desolador: familias sin empleo fijo, jóvenes sin oportunidades y una economía local que comienza a resentir la ausencia de esos apoyos mensuales que solían recibir desde el extranjero.
El dirigente de Fevan también señaló que los veracruzanos que ya residen en Estados Unidos no están exentos de dificultades. Explicó que ahora enfrentan mayores impuestos, así como condiciones laborales más duras, especialmente en sectores como el campo y la construcción, donde se concentra gran parte de la mano de obra mexicana.
“Quienes trabajan en la construcción han tenido que reducir sus envíos a México porque ya no les alcanza”, comentó, al advertir que estas políticas están diseñadas para asfixiar económicamente al migrante y disuadirlo de seguir apoyando a su familia en México.
Gerardo Gallardo concluyó que de no generarse alternativas viables de desarrollo económico en las comunidades de origen, esta crisis podría escalar y convertirse en un problema social de mayores dimensiones.
A pesar de ello, miles de veracruzanos siguen aferrados al deseo de salir adelante, ya sea migrando o luchando desde sus pueblos.