José Vargas.
Coatzacoalcos, Ver.- La relación entre el municipio de Coatzacoalcos y las autoridades comunitarias de Tatahuicapan vuelve a tensarse, luego de que este miércoles se frustrara un encuentro programado en el palacio municipal porteño, donde se discutiría la segunda etapa del proyecto hidráulico derivado del uso de la presa Yuribia.
Delegados ejidales y autoridades municipales de Tatahuicapan, encabezados por su alcalde Eusebio González Hernández, acudieron a la sede del gobierno local con la expectativa de reunirse con el presidente municipal Amado Cruz Malpica. Sin embargo, el edil no los recibió, alegando problemas de agenda, y en su lugar fueron atendidos por personal de Gobernación y Tesorería.
La delegación veracruzana reclamó el incumplimiento del acuerdo firmado en septiembre de 2024, donde se comprometió la ejecución de una segunda etapa del proyecto: la construcción de una línea de conducción del afluente hacia un tanque de almacenamiento ya edificado. El proyecto cuenta con validación técnica y está estimado en poco más de 4 millones de pesos.




“Esto no se trata solo de una obra más. Se trata de un compromiso firmado, documentado y con estudios en regla”, declaró Cornelio Bautista Hernández, comisariado ejidal de Tatahuicapan. El líder comunitario entregó un nuevo ultimátum: el municipio de Coatzacoalcos tiene 72 horas para definir la asignación de recursos o, advirtió, podrían iniciar movilizaciones.
Por su parte, el alcalde González Hernández criticó la falta de claridad en la respuesta del gobierno porteño, quien únicamente les comunicó que “gestionarían recursos ante el gobierno estatal”, sin comprometerse a una fecha ni confirmar el uso de fondos propios de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), que —insisten— debería cubrir esa inversión como parte de los servicios ambientales por el uso continuo de la presa Yuribia.
“Más que una falta de respeto es una falta de interés. Es la tercera vez que acudimos con toda la documentación en regla. No se puede firmar un compromiso y luego ignorarlo”, subrayó el edil de Tatahuicapan.
Pese a la tensión, los representantes comunitarios señalaron que no contemplan de momento un cierre de la presa, aunque cualquier decisión dependerá de la asamblea comunitaria, instancia que evaluará la respuesta del gobierno porteño y determinará las acciones a seguir.
Mientras tanto, el conflicto permanece latente. Lo que está en juego no es solo una obra pendiente, sino el respeto a los acuerdos y a las comunidades proveedoras del recurso hídrico que abastece a miles de familias del sur de Veracruz.