El triunfo del joven político marca un cambio generacional y el ascenso de una nueva corriente progresista en Estados Unidos.
Nueva York, 5 de noviembre de 2025. — En una jornada electoral considerada por analistas como un referendo sobre la era de Donald Trump, el socialista democrático Zohran Mamdani, un joven inmigrante musulmán, logró una victoria histórica al convertirse en el nuevo alcalde de Nueva York, la ciudad más grande y rica de Estados Unidos.
Mamdani, de origen surasiático, derrotó a una poderosa coalición bipartidista que incluía a multimillonarios como Elon Musk y Michael Bloomberg, a líderes del Partido Demócrata y al propio presidente de Estados Unidos, quien respaldó a su correligionario Andrew Cuomo.
El mandatario estadounidense llegó incluso a amenazar con retirar el apoyo federal a Nueva York si Mamdani ganaba, al que calificó públicamente de “comunista”. Sin embargo, los neoyorquinos respondieron con una participación récord, superior a dos millones de votos, la más alta desde 1969.
Un triunfo con implicaciones nacionales
El senador Bernie Sanders, mentor político de Mamdani, celebró la victoria como “una respuesta a la oligarquía y sus millones de dólares”, al subrayar que un movimiento popular y progresista sí puede vencer al poder económico en Estados Unidos.
“Esta victoria demuestra que un político que lucha por la igualdad económica y la justicia social puede ganar”, afirmó Sanders.
La campaña de Mamdani, que movilizó a más de 100 mil voluntarios, se distinguió por su diversidad y su mensaje inclusivo. Su base de apoyo abarcó desde jóvenes, inmigrantes del sur de Asia, latinos, africanos e indígenas, hasta comunidades musulmanas, cristianas y judías.
“Esta ciudad es de inmigrantes y será liderada por un inmigrante”
Durante su discurso de victoria en el Teatro Paramount de Brooklyn, Mamdani citó al histórico líder socialista Eugene Debs y al ex primer ministro indio Jawaharlal Nehru, al afirmar que su triunfo representa “un paso fuera del pasado hacia lo nuevo”.
“Esta victoria es de ustedes: de los dueños de tienditas yemeníes, de las abuelas mexicanas, de los taxistas senegaleses. Luchamos por ustedes porque somos ustedes”, declaró.
El nuevo alcalde prometió una ciudad más asequible, justa y digna para las mayorías, y aseguró que su gobierno combatirá tanto el antisemitismo como la islamofobia.
“Nueva York será la luz en medio de la oscuridad política del país. Es una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes, y desde esta noche, liderada por un inmigrante”, enfatizó.
Dirigiéndose directamente a Trump, Mamdani lanzó una advertencia:
“Para perseguir a uno de nosotros, tendrás que pasar por todos nosotros. Soy joven, soy musulmán y soy un socialista democrático. No me disculparé por eso”.
Avances progresistas en todo el país
La ola progresista también se reflejó en otras ciudades como Seattle y Minneapolis, donde candidatos socialistas democráticos competían por las alcaldías, aunque los resultados finales aún no se habían confirmado al cierre de la jornada.
En contraste, la exagente de la CIA Abigail Spanberger, una demócrata centrista, ganó la gubernatura de Virginia, mientras que Mikie Sherrill, también de corte moderado, triunfó en Nueva Jersey, donde la jornada estuvo marcada por amenazas de bomba que interrumpieron brevemente la votación.
En California, los votantes aprobaron una iniciativa impulsada por el gobernador Gavin Newsom que permitirá al Partido Demócrata rediseñar distritos electorales para mantener el control de más curules ante los intentos republicanos de hacer lo mismo en otros estados.
Un mensaje nacional
Pese a las declaraciones del presidente de que “esta elección no tuvo nada que ver conmigo”, los resultados dejaron claro un mensaje de repudio al trumpismo. Encuestas a boca de urna de NBC News mostraron que en Nueva Jersey, Virginia, California y Nueva York, la mayoría de los votantes desaprueba la gestión presidencial y expresa descontento con la dirección del país.
Para muchos observadores, la elección de Zohran Mamdani no solo redefine el rumbo político de Nueva York, sino que podría marcar el inicio de una nueva etapa en la política estadounidense: una en la que el progresismo diverso, multicultural y de base trabajadora comienza a desafiar el poder de las élites tradicionales.


