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Por Billie Parker/
Palabra de Mujer (Columna)
Periodistas Unidas Mexicanas denuncia el creciente acoso laboral y sexual, la discriminación, la brecha salarial y la violencia que se vive en los medios de comunicación, rompiendo con el silencio que rodea el entorno que enfrentan las mujeres en el ámbito del periodismo mexicano. Violencia que documentan con los resultados de un sondeo; la expectativa es que el siguiente paso sea un #MeToo, que revelaría los nombres de acosadores que agreden impunemente a las periodistas, dentro y fuera de la empresa mediática.
La asociación PUM reporta una cifra que contrastada con la del CIDH, exhibe la progresión de esta soslayada violación de los derechos humanos de las mujeres periodistas. La asociación en su sondeo del 2018, a 398 colegas, reporta que el 73 por ciento de mujeres periodistas mexicanas han padecido acoso en sus medios. La CIDH, en encuesta realizada en 2017 por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) entre casi 400 compañeras de 50 países, 48 % de estas mujeres dijeron haber sufrido alguna forma de violencia de género en su trabajo.
PUM lanza obligadas preguntas dando respuestas a quienes las increpan sin conocer su situación. ¿Cómo concentrarnos en hacer periodismo cuando el 63% de las encuestadas acosadas identifica a sus compañeros de trabajo como los agresores? ¿Cómo defender las notas de nuestras secciones en la junta editorial si somos del 49% de quienes son acosadas por sus jefes directos? ¿Cómo concentrarnos en las preguntas de una entrevista si somos del 43% de las reporteras y fotógrafas acosadas por su fuente? y hay que sumarle la jauría que lanzan a las periodistas en redes sociales que acuden a las mañaneras y cuestionan a su presidente.
Confiesan que si se arman de valor y denuncian, se descubre que las empresas donde trabajan son cómplices del acoso y la impunidad porque el 84% de las encuestadas no tiene acceso a protocolos contra estas agresiones, ya sea porque no existen en sus empresas o desconocen si los hay. Hay que agregar que quienes se atreven a ir a la Secretaria de la Función Pública, SFP para denunciar acosadores, por ejemplo en medios públicos, desaparecen su expediente y con la inacción e impunidad desincentivan otras denuncias.
Los testimonios que capta PUM van desde el mobbing laboral hasta el despojo de su empleo, persecuciones, denuncias contra ellas de falsos robos, descalificaciones, humillaciones y otras muchas más violencias que aparecen en el AcosoDATA en un sondeo en línea. Las cifras del CIDH hablan hasta de feminicidios. La violencia más extrema, pero hay un aumento generalizado de agresiones contra mujeres periodistas, advierte el informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El ejercicio metodológico de PUM recopila información en torno al acoso, el hostigamiento y los diferentes tipos de agresiones sexuales que enfrentan las periodistas todos los días en los medios donde laboran: prensa escrita, televisión, radio, plataformas digitales y otros y cuyo objetivo es proporcionar datos cuantitativos y cualitativos que abonen a la comprensión de esta problemática en nuestro gremio para contribuir a la construcción de espacios de trabajo seguros, éticos, congruentes, comprometidos y justos para todos.
Buscaron identificar su frecuencia; saber quiénes son los perpetradores, y tener un registro sobre la existencia o inexistencia de protocolos y mecanismos que atiendan o contrarresten este tipo de violencia en las organizaciones donde laboran. Algunas de las preguntas del cuestionario que hicieron llegar a más de 500 colegas eran personales, otras abordaban temas sensibles y algunas simplemente eran difíciles de contestar.
Reconocen que muchas tuvieron la valentía y el coraje de compartir sus historias para visibilizar el problema y provocar una mayor conciencia entre las fuentes periodísticas, los compañeros de trabajo, jefes editoriales, directivos y dueños de los medios sobre la urgente necesidad de contrarrestar este tipo de violencia hacia las mujeres, tanto fuera como dentro de las redacciones. Los resultados finales se basan en 392 encuestadas. El periodo de aplicación fue del 6 al 22 de febrero de 2019.
En México no existen datos precisos sobre el total de mujeres que labora en medios periodísticos destacan. Por los que les resultó complejo calcular el tamaño de la muestra, y lo hicieron basados en el reporte del INEGI “Estadísticas a propósito del día internacional de la mujer (8 de marzo)” (2013), que señala que 30,091 mujeres trabajan en el sector “Libros, impresiones y prensa” —el más cercano al gremio—, así como en un cálculo hecho de manera empírica sobre el número de empleadas que hay en los tipos de medios citados en el sondeo.
El tamaño de la muestra fue calculado con un margen de error del 5% y un nivel de confianza del 95%. El cuestionario fue distribuido mediante la técnica de muestreo de “bola de nieve”, para la cual contactaron a mujeres que trabajan o han trabajado en medios periodísticos en México, a quienes solicitaron contestar el sondeo y compartirlo con otras colegas.
En los principales hallazgos casi tres cuartas partes de las entrevistadas han vivido en su trabajo algún tipo de acoso, hostigamiento o agresión sexual, aunque no todas lo reconocen como tal. Comentarios sobre su vestimenta, frases en doble sentido y miradas lascivas son las formas más comunes. Sin embargo, hay un número considerable de casos en los que se condicionó el crecimiento laboral o la obtención de información y entrevistas a cambio de invitaciones personales o de carácter sexual. La mayoría de estas situaciones ocurrió en los sitios de trabajo y fueron perpetradas, en primer lugar, por compañeros periodistas, y, en segundo, por algún jefe o superior.
En el caso de las reporteras y fotógrafas (quienes realizan gran parte de su labor fuera de la oficina), el 43% de estas situaciones las vivieron con fuentes, entrevistados y personal de agencias o de comunicación social. La mayoría de las entrevistadas que ha vivido algún tipo de acoso, hostigamiento o agresión sexual en su trabajo no lo denunció ante sus superiores o personal de Recursos Humanos de sus organizaciones. Las pocas que lo hicieron reportan que no hubo ninguna consecuencia para el perpetrador. El 99% de las encuestadas ha sido acosada por hombres. PUM espera que este esfuerzo contribuya a un mejor entendimiento del fenómeno y, en un futuro, a sus posibles soluciones. *Directora en BillieParkerNoticias.com
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