Los países proponentes deberán convencer al resto de los integrantes del G-20 en la reunión de julio.
El acuerdo catalogado como histórico por los ministros de los países de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Japón y Alemania buscar frenar la desigualdad impositiva fiscal de las principales empresas de tecnología del mundo como Facebook, Google, así como Amazon, las cuales obtienen ganancias millonarias con una imposición fiscal mínima.
El ministro británico de Finanzas, Rishi Sunak, destacó al término del encuentro que con este acuerdo se busca fijar una tasa mínima de impuestos a las sociedades, además de que también aprobaron el reparto de los derechos a establecer tasas a los beneficios de las grandes multinacionales.
El acuerdo fue impulsado por la administración de Joe Biden, a través de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien desde el inicio de la actual administración ha pretendido establecer este impuesto global en colaboración con sus aliados, en los cuales las principales empresas tecnológicas del mundo—en su mayoría norteamericanas—estarían obligadas a pagar más impuestos sin importar el país donde se asienten.
La representante del gabinete norteamericano enfatizó que en la actualidad las grandes empresas de la tecnología, así como las grandes farmacéuticas pagan impuestos irrisorios por las prácticas del dumping fiscal, por lo que con esta reforma se busca obligar a las grandes corporaciones a pagar impuestos de forma más equitativa.
Los integrantes del G-7 coincidieron en que los Estados se han endeudado ante la pandemia de Covid-19 para impulsar políticas contracíclicas para lograr una recuperación económica más dinámica, mientras que las grandes empresas de la tecnología han incrementado sus ganancias económicas en los últimos meses.
El gobierno de Biden originalmente contemplaba una tasa impositiva del 21 por ciento, pero la ajustó para obtener la aprobación del resto de los países del G-7, mismos que la avalaron.
Aunque el acuerdo del 15 por ciento es un avance para la tasa del impuesto global, para el ministro de Economía de Francia, Bruno La Maire, este incremento es insuficiente para revertir la desigualdad fiscal existente, no obstante, reconoció que se trata de un primer esfuerzo impositivo que puede incrementar con el apoyo de más países.
También la representante de la organización internacional Oxfam, Gabriela Bucher, consideró en declaraciones recogidas por El País que la tasa impositiva que se pretende implementar es insuficiente para reducir la brecha fiscal existente entre las grandes empresas tecnológicas del mundo, pero celebró que por primera vez los países más poderosos del planeta aborden esos temas.
Esta propuesta será presentada el mes de julio durante la reunión del G-20, de la cual México es uno de sus integrantes, y los países proponentes buscarán convencer al resto de las naciones a adherirse a este proyecto para lograr la tasa impositiva global, aunado a que deberán continuar con los trabajos que inició la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para lograr la cooperación en los Estados asociados.
Pero uno de los problemas que puede dificultar la aprobación de esta tasa impositiva global es que existen países como Irlanda cuyas economías están construidas en bajas tasas impositivas para las empresas y así atraer la inversión entre los corporativos que se han asentado en esas naciones.
Hasta el momento, sólo Facebook ha respondido al anuncio del G-7 a través de Nick Clegg, vicepresidente de asuntos internacionales de la empresa, que “saludó” el acuerdo, aunque dejó entrever que por medio de esta medida pagarían más impuestos, mientras que Google, Amazon o Twitter no han emitido algún posicionamiento al respecto.