CRÓNICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER.
19 de septiembre de 2025
UN DÍA NO COMO HOY
19 de septiembre de 1985
Aquel jueves 19 de septiembre parece un día normal, los trabajadores han entrado a las 7 de la mañana a las labores de reparación del ingenio El Potrero; bajo la supervisión del Ing. Francisco Medina Quintos y el Ing. Tirso Muruet, Superintendentes General de Fabrica y de Maquinaria y Talleres, en todos los departamentos se continua con el avance, el Ing. Luis Hernández en Batey, Don Juan Navarrete en Molinos, el Ing. Héctor Lezama en Calderas, Don Pedro Velázquez en el taller mecánico, el Ing. Daniel Cortes en Centrífugas, en fabrica el Ing. Jaime Aguilar Panzi, el Ing. Pablo León, el Ing. Alfonso Arreola, en la Destilería de alcohol el Ing. Marcos Chavez, en el envase y bodega de Azúcar, Don Pedro Jara y “Pepe”Ortega, además de una camada de jóvenes ingenieros que se preparan para el remplazo generacional como lo son los ingenieros Joaquín Huerta Sosa, Jaime Velázquez, Armando Herrera, Manuel Montoya, Octavio Morán, entre otros.
En los hogares, las madres de familia despiertan a los hijos para prepararlos para ir al colegio, le preparan el desayuno, mientras tanto ha encendido la televisión y están pendientes al noticiario “Hoy mismo” con Lourdes Guerrero.
De pronto, la rutina diaria se detiene, “está temblando” se escucha en casi todos los hogares, “pégale a la tele para que se componga la imagen” se escucha en otra casa, están transmitiendo el temblor, sin entender que era la transmisión misma.
Algunas madres corren con rumbo de la Esc. Secundaria Técnica, para ver cómo están sus hijos, otras más al ingenio para ver si sufrió algún daño por la magnitud del temblor.
Los minutos pasan, pronto, por la radio, se escucha la noticia, se desplomaron varios edificios en la ciudad de México, el caos se apodera de aquellos que tienen familiares en la capital, la señal televisiva vuelve, y se escucha a Jacobo Zaludowsky trasmitir aquellas escenas desgarradoras, en la caseta de teléfono de la fam. Celis se arremolinan intentando comunicarse con algún familiar, pero la red se colapsa, no entran las llamadas, la desesperación se apodera en las familias.
Las personas siguen pendientes al televisor, algunas familias se preparan, sacan los ahorros y mandan a los hijos mayores a esperar el tren de pasajeros que pasará a las 10 de la mañana con rumbo a la capital, y tras varias horas de trayecto, están en la ciudad de México y se topan que no hay servicio en el “metro” y se escuchan aquellos comentarios “es que solo se llegar en el metro” y no les queda de otra que salir de la estación Buenavista y caminar, preguntando se llega Roma, dice un refrán, y es así como van a llegar a las distintas colonias, algunos, encuentran a sus familiares “bien”, nomás fue el susto, dicen, otros, no han encontrado a su familiares, algunos encuentran colapsados y lloran.
Los días pasan, en la ciudad de México sigue la Remoción de escombros, mientras tanto, a través de los diferentes medios de televisión y radio se solicita ayuda, alimentos, agua embotellada, ropa y todo tipo de ayuda incluyendo picos y palas.
Es sábado 20, han pasado dos días de la tragedia, el grupo Scout 1 tiene su reunión ordinaria en la explanada del monumento de la construcción de casas a un costado de la barda del campo deportivo, por el jardín central, donde hoy está construido el nuevo templo parroquial. Dentro de las oraciones de inicio de actividades se pide por los fallecidos en el terremoto, de pronto se escucha la voz de Miguel Angel Campos Arellano, Jefe de la tropa Kiowas, “hermanos Scouts, ante la tragedia de la ciudad de México no podemos permanecer como simples espectadores, necesitamos hacer algo”; recordemos que los Scouts es un juego de muchachos, dirigidos por muchachos, bajo la supervisión de los adultos, para poder así, forjar el carácter de los jóvenes y señoritas que aceptan el compromiso de ser scouts, y son los propios muchachos los que empiezan a proponer, “hay que ir a México a apoyar en las labores de rescate” propone Delfino López “Kiry”, “pero no nos van a dejar llegar” dice “Tico” Velazco, Teodora García, propone, “y si salimos a pedir “cosas” a las casas, de esas que están pidiendo y las mandamos; tras deliberar más de una hora, se toma el acuerdo de poner un centro de acopio ahí en ese monumento, se termina la reunión y esa misma tarde se coloca una tienda de campaña y cartulinas con leyendas como “se pide ayuda a los habitantes…”, justo cuando se está terminando de acondicionar el espacio, un joven pasa y nos dice, “su acción es muy buena muchachos, pero por la hora no se va a enterar mucha gente, porque no van casa por casa a invitar a donar y mañana que lo traigan o ustedes pasan por ellas”, y es así como a las 7 de la noche, se hace el reparto de comisiones, Lupe Cebada y sus Lobatos, por ser los más pequeños, el conjunto habitacional Chapultepec y la Obrera, Coty Duran con sus muchas el centro, Chapultepec, Cortina y lo que alcancen a llegar de la Sixto González y Cruz Verde y los guías de Patrulla Delfino López y Tico Velazco con sus muchachos Buenos Aires, Transbordo, Rancho Frío, Guadalupe, Unión y Progreso y Chamizal, Miguel Campos y los más pequeños se quedan de guardia en el campamento.
Son las 11 de la noche, poco a poco regresan los muchachos, y oh, sorpresa, la generosidad del pueblo se empieza a notar, en el área de acampado se ven los primeros botes de leche en polvo, algunas bolsas de frijol, de arroz, aceite, bolsas de pañales, los Lobatos traen bolsas con ropa, algunas latas de conservas, los muchachos y muchachos por igual; los muchachos descansa y pronto, la cena, algunos padres de familia han llevado algo para comer, una pequeña fogata va a alegrar por una horas el ambiente, los Lobatos y muchachas van a descansar a su casa, la cita al otro día, domingo a las 6 de la mañana.
Tras una jornada agotadora, se establecen las guardia de quienes nos vamos a quedar.
Domingo 21, a las 5:50 de la mañana se da el toque de diana, todos a levantarse, 5 minutos para prepararse porque a las 6 de la mañana empiezan las actividades.
A las 6:00 Miguel Campos llama a formación, se hacen oraciones y se rinden honores a la bandera, entonamos el himno nacional y en un bambú que servirá de asta se iza la bandera nacional, se coloca a media asta, día de luto por la tragedia.
Desde las 7 de la mañana, avisados la noche anterior, empiezan los vecinos a llegar con sus donaciones, algunos Lobatos se preparan para ir a recoger enseres en las casas donde les dijeron que regresarán, las muchachas Scouts se encargan de separar cada apoyo donde les corresponde, la generosidad del pueblo se sigue notando, todo el día va a hacer de recepción, y surge aquella pregunta ¿Y ahora como llevamos las cosas a México? La respuesta la da Amando Cruz Vidals, jefe de tropa del grupo 3 quienes también se suman al voluntariado de ese día, “la Cruz Roja de Córdoba está recibiendo toda la ayuda de la región y ellos se encargan de llevarla México” solo hay que buscar un carro para llevarla a Córdoba, el mismo se anota para buscarlo.
Son las 5 de la tarde cuando llega aquel camión de volteo que manda el municipio, y si, si, ese mismo, tal y como lo están pensando, el carro de volteo que durante toda la semana sirve para acarrear la basura al basurero municipal ha llegado, bien lavadito, sin aromas feos, y empieza a ser llenado, la novedad, no va a caber todo lo que se ha donado, sin embargo, bien acomodada la carga y con un copete que rebasa la propia batea del carro sale para la ciudad de Córdoba cerca de las 8 de la noche que terminan de cargarlo, cerca de 5 toneladas de apoyo de ha enviado, en la canastilla del carro, alegres y emocionados vemos a los Scouts que se han presentado como voluntarios para ir a dejar la carga.
A las 9 de la noche se levanta el campamento, a traves de nuestro jefe de Grupo, el Sr. Faustino Dorantes Casas “Cuiti” el ayuntamiento ha informado que a partir del día siguiente ellos se harán cargo de poner varios centros de acopio en Atoyac, Potrero y las Congregaciones y nos dice “no tiene caso que sigamos aquí”
Satisfechos de haber cumplido con nuestro Lema “siempre listos” y cumpliendo nuestra promesa Scout que dice “ayudar al prójimo en toda circunstancia” los Scouts de Potrero hicimos lo que creíamos estaba a nuestro alcance para apoyar a nuestros hermanos en desgracia.
Vaya hoy un homenaje a todos aquellos hermanos Scouts que se sumaron ese día para participar, pero también vaya un reconocimiento público a todos esos héroes anónimos que llegaron con algo en sus manos para ayudar, sin su apoyo y solidaridad no hubiésemos enviado casi 5 toneladas de ayuda a la ciudad de México
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.