Por Hugo Morales Alejo-La Nigua
Paso del Macho,Ver.- ¡Cayeron Chicatanas!, es el grito que suena en los barrios que aún conservan partes de tierra en patios o calles.
Son 4 de la mañana y algunos valientes a retar al sueño, se asoman, lámparas en mano, a buscar hormigueros de hormigas arrieras, de donde, en las primeras lluvias de junio, salen las hormigas con alas a sobrevolar su casa.
Las falta de lluvias en semanas anteriores, con la extrema sequía que se ha padecido en los últimos 4 años, deja brotar frases como “ahora, sin lluvias, ya ni chicatanas hay”.
Por ello es que al comenzar las lluvias que trajo el fenómeno meteorológico “Alberto” la gente salía en días anteriores a buscar hormigueros, pero amanecía lloviendo y con lluvia “no salen”.
Tiene que haber llovido y estar seca la madrugada, para que se haga el rito de las arrieras con als que hacen un vuelo nupcial para anunciar la apertura de otro hormiguero, porque la hormiga reina ha sido fecundada.
Este sábado, luego de la noche lluviosa de viernes, amaneció húmeda la tierra pero el aire fresco y seco. A lo lejos en las comunidades se oye a mujeres y hombres gritar “¡cayeron chicatanas, cayeron chicatanas, levántense, que cayeron chicatanas!”.
La oscuridad de la madrugada se ilumina con lámparas, hoy de teléfonos móviles, años antes fue con lámparas de baterías, muchos años antes con quinqués o lámparas de petróleo. Pero es la misma alegría cultural de esta noble tierra.
La escasés de lluvia semanas antes, provocó que el kilo de chicatanas (ya sin alas ni cabeza) costara hasta mil pesos, porque solo lo traían de la “capital de la chicatana” Huatusco y de Coscomatepec, donde la humedad que les llega del volcán Citlaltépetl, les privilegia de humedad en su suelo.
Las gallinas, los pájaros, hasta los perros y gatos apuran a comer ese manjar que brita del suelo.
Los humanos se apuran a juntar en cubetas o bolsas las que se dejan atrapar. Es una algarabía, una fiesta de niños y adultos de ver ese preciado alimento volar y caer alrededor del hormiguero y atraparlo a veces a puños y otras, una por una.
Ya se siente que al rato, se les retire una por una, la cabeza y las alas, para asarlas y mezclarlas con salsa de chile seco, provocando el antojo de los que van pasando allá, en la calle, y alcanzan a oler el bracero, con ese aroma de tierra. Otros, los que no gustan de esta salsa dicen que sabe a orines (mejor, alcanza uno más tacos de salsa con frijoles refritos).
Si alguien con tristeza dice que no alcanzó a levantarse a recoger chicatanas, no importa, quien tiene, le “convida taco”, compartiendo ese manjar de los dioses, que regresará hasta el siguiente año.
Hoy, gracias a Dios, hubo lluvia, los campos están humedecidos, la tierra de esperanzas , la gente está contenta, y más, porque cayeron chicatanas.