Los hechos de violencia se desarrollaron en la provincia de Nilo Azul. Las causas fundamentales de los enfrentamientos se deben a cuestiones no resueltas de la tierra o militarización de los grupos tribales, entre otras. Sudán está sumergido en un clima de grave crisis política y económica agravado por el golpe de Estado ocurrido en octubre del pasado año.
El saldo del último foco de violencia en Sudán es preocupante. Al menos 151 personas han muerto y unas 86 han resultado heridas en los últimos dos días, como consecuencia de los enfrentamientos tribales en el estado de Nilo Azul.
Los choques más recientes fueron protagonizados por las tribus Hausa y Anqasna, pero involucra otros grupos en acciones que se vienen desarrollando desde semanas atrás. El gobernador de la localidad de Wad al Mahy, informó que los enfrentamientos se reanudaron este miércoles en la noche hasta la mañana de este jueves, lo que describió como “algo similar a un genocidio”.
El funcionario explicó que uno de los grupos atacó pueblos de la tribu rival, disparando a los habitantes, descuartizando sus cuerpos con armas blancas y prendiendo fuego al sitio. Entre los muertos se contabilizan niños y mujeres.
El director del hospital local destacó la crueldad con que fueron ultimadas las víctimas, al afirmar que murieron “de manera horrible”. Subrayó además que las autoridades han decidido cavar fosas comunes para enterrar los cuerpos esta misma jornada.
La génesis de los últimos enfrentamientos
La violencia estalló en Kordofán Occidental, en el sur del país, luego de una disputa tribal por la tierra. Y es que esta, junto con la militarización de los grupos tribales, entre otras, son una de las causas principales de las hostilidades.
El ejército sudanés culpó este miércoles al Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-Norte, uno de los grupos rebeldes más grandes de esa nación, de avivar el conflicto. Los señalamientos fueron rechazados por el líder del grupo, quien a su vez acusó al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido.
A pesar de existir un acuerdo de paz desde el 2020 con varios de los alzados que operan en la zona, el aumento de los enfrentamientos tribales ha sido una constante en ascenso. Reportes de unas 149 personas muertas se llegaron a conocer en otros estallidos sucedidos en los meses de julio y septiembre pasados. Según Naciones Unidas, a principios de este mes de octubre van unas 65.000 personas desplazadas.
Grave situación política y social en Sudán
El país ya venía arrastrando una serie de situaciones que dan al traste con su estabilidad. El pasado año un golpe de Estado apartó del poder a un Gobierno civil que manejaba una transición democrática después de casi 30 años bajo las órdenes de Omar al-Bashir, depuesto por un levantamiento popular en 2019.
El mando civil fue apartado del poder en octubre de 2021 con otro intento golpista liderado por el general Abdelfatah al Burhan, quien en el mes de julio de este año anunció el retiro de los militares de la vida política del país para facilitar la formación de un Gobierno que lidere la esperada transición.
Pero este proceso no está exento de contradicciones y oposición. Grupos como los Comités de Resistencia y el Partido Comunista rechazan las negociaciones con las fuerzas castrenses. Ambas toldas, que en parte lideraron las protestas contra el golpe de Estado, exigen que sean juzgados en los responsables de la represión a la que fueron sometidas las manifestaciones que se sucedieron desde la toma del poder por la fuerza.
Con Reuters, EFE y AP