Paso del Macho, Ver.— Una comerciante del mercado Revolución, en el municipio de Paso del Macho, denunció públicamente la clausura de sus locales por parte del Ayuntamiento, situación que —asegura— la dejó sin posibilidad de trabajar justo en temporada navideña, con cajas y cajas de juguetes retenidas al interior de los establecimientos.
De acuerdo con el testimonio de la afectada, la clausura ocurrió sin previo aviso formal ni notificación presencial, pese a que mantenía un proceso de diálogo con la alcaldesa de Paso del Macho, María de los Ángeles Vázquez Vázquez, así como con el área de Comercio, encabezada por una funcionaria identificada únicamente como Leo.
La comerciante explicó que reconoce tener un adeudo por el uso de los locales, pero negó haberse negado al pago. Señaló que acudió en tiempo y forma a diversas citas con autoridades municipales para negociar abonos, propuesta que —según su relato— fue rechazada por el área de Comercio bajo el argumento de que “se licita el dinero”, sin ofrecerle una alternativa viable.
Indicó que durante aproximadamente un mes fue enviada de una oficina a otra sin recibir una resolución clara. Posteriormente, al presentarse a laborar un jueves, encontró sellos de clausura colocados en los portones, sin que se le hubiera informado previamente el motivo ni entregado documentación oficial que respaldara la medida.
La comerciante también denunció que antes de la clausura fue enviado un hombre que afirmó ser el nuevo dueño de los locales, con la intención de sacar la mercancía, pese a que —asegura— nunca firmó documento alguno para ceder derechos ni fue notificada de una supuesta venta. Afirmó que la propia encargada de Comercio acudió al sitio durante ese episodio.
Actualmente, la afectada continúa trabajando de manera limitada, colocando algunas mesas fuera de los locales, mientras su mercancía permanece encerrada, lo que le impide generar ingresos suficientes. Subrayó que no es la única persona con adeudos dentro del mercado, pero sí la única a la que se le aplicó la clausura, situación que considera un trato selectivo.
La comerciante señaló que depende de su actividad para sostener a su familia, incluida una persona adulta mayor con cáncer, y lamentó que otros locatarios no se atrevan a alzar la voz, pese a estar en una situación similar.
La afectada pidió que su situación sea visibilizada y que se le permita regularizar su adeudo sin perder su fuente de trabajo.









