Con información de agencias
La reanudación de la ofensiva militar israelí sobre Gaza ha profundizado la crisis humanitaria en el enclave palestino, donde miles de niños enfrentan una lucha desesperada por sobrevivir en medio de bombardeos y escasez extrema de productos básicos. La escalada bélica, que ha dejado más de 200 muertos y cientos de heridos en las primeras horas del martes, refleja también el fracaso de las negociaciones políticas y la fragilidad de los acuerdos internacionales.
El gobierno de Israel justificó la ruptura de la tregua, vigente desde el 19 de enero, argumentando que Hamas se negó a liberar a los rehenes en su poder. “Israel actuará con una fuerza militar cada vez mayor”, anunció la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien defendió que la decisión se tomó la semana pasada tras consultas con su gabinete.
Sin embargo, la medida ha sido duramente criticada tanto por Hamas como por actores internacionales. El grupo palestino acusó a Netanyahu de “exponer a los rehenes a un destino desconocido” y de ignorar las condiciones pactadas para la liberación gradual de los cautivos.
El conflicto, que ya ha cobrado la vida de más de 48 mil palestinos, ha puesto a la población infantil en una situación desesperante. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), un millón de niños en Gaza se enfrentan a la falta de agua potable, alimentos e insumos médicos. Además, unos 4 mil recién nacidos carecen de atención neonatal, lo que agrava el riesgo de mortalidad infantil.
“Cada día mueren personas por falta de aparatos de ventilación pulmonar, mientras los bebés prematuros del norte de Gaza son en extremo vulnerables”, denunció Edouard Beigbeder, director regional de Unicef. El bloqueo israelí impide que más de 180 mil dosis de vacunas infantiles y otros insumos críticos lleguen a la población afectada.
En el plano político, la decisión de Netanyahu ha generado tensiones internas en Israel. Los principales partidos de oposición anunciaron que presentarán una petición ante el Tribunal Supremo para invalidar el cese del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, a quien Netanyahu destituyó en medio de la crisis.
El impacto social del conflicto se refleja en una población civil devastada, con familias desplazadas, niños huérfanos y un sistema de salud colapsado. Mientras tanto, la comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar una salida diplomática que detenga el sufrimiento de miles de personas atrapadas en medio de la guerra.


