6 de octubre de 2025
Respondiendo a nuestros lectores.
Hace unos días un amigo me felicitó por las crónicas publicadas y lanzó una pregunta mitad capciosa, mitad sarcasmo ¿Oye Cebada, cuál crees tú que sea el equipo o maquina más antigua que exista en el ingenio desde su fundación y que siga funcionando?
Si creyó mi amigo que no sabía la respuesta andaba un poco equivocado, y no solo es un equipo, son dos equipos que desde la fundación del ingenio siguen en pie, trabajando y cumpliendo su función.
Cómo es conocido por todos, el ingenio Central El Potrero inicio operaciones el 8 de enero de 1908, pero su construcción dió inicio a principios de 1905.
De aquel viejo ingenio de 1908 quedan para el recuerdo: Dos casitas de la vieja Col. McLean, los pilares del portón de entrada frente a la parroquia de Cristo Rey, la represa sobre el río Atoyac en la Col. Angostura, la vieja planta hidroeléctrica frente al rancho Tres Gallos.
Para construirlo, se hicieron las piezas en Inglaterra y en Estados Unidos con una precisión tan exacta que basto colocarlos como si fueran bloques de “Lego” que bastaron solo dos años para concluirlo y dentro de aquellos equipos llegaron al taller de máquinas y herramientas una serie de tornos, fresadoras, cepillos y taladros rectos y radiales.
Los primeros jefes del taller mecánico fueron norteamericananos, después cubanos, no sería hasta la década de 1950, que por decreto de Ley se estableció que los jefes de maquinaria y talleres fueran mexicanos, y es así como llega al taller mecánico del Ingenio Don Pedro Velázquez, quien formará parte de un grupo de especialistas que no obtuvieron el grado académico de ingenieros, pero que tenían los conocimientos suficientes para realizar el trabajo, dentro de esa elite de jefes “empíricos” recordamos a Don Juan Navarrete, a Don René Rueda, a Don Pedro Jara y José Ortega entre otros.
Y es precisamente en la era de don Pedro Velázquez que se da la formación de técnicos especializados que salen a otros ingenios y logran quedarse como jefes de taller mecánico como lo fue Manuel Hernández Sosa, el “Bimbo” a Huixtla o Germán Tecalco Fernández “Chespirito” a Michoacán por nombrar a algunos, otros se quedaron a trabajar en ese gran taller que sería larga la lista de compañeros que dejaron ahi su vida laboral, hoy sigue siendo un baluarte en la formación de trabajadores con experiencia en máquinas herramientas.
En el taller mecánico podemos recordar como jefes de taller, sindicalizados, a Don Agustín Fernández, Demetrio Hernández Sosa, Germán López o Hilario Pérez Sol, y es muy seguro que todos ellos hayan asignado alguna orden de trabajo para aquel viejo torno, que desde su esquina viera pasar más de 120 años de historias en el taller mecánico.
¿Cómo es posible que si el ingenio cumplió este año 117 años exista un equipo con 120 años de antigüedad?
Y si, es verdad, existe un torno construido antes de 1905 adquirido por la Mexican National Sugar Refining Co. adquirido a la Shumacher & Boyé de Cincinnati, Ohio. y que fue instalado y puesto en oración, aún antes de terminar el ingenio para la elaboración o reconstrucción de alguna pieza dañada en el trayecto, en su placa se puede leer la fecha de la patente 1902 y la compañia cambio de nombre entre 1908-1910, por lo que se estima que se construyó entre 1902 y 1905.
El torno en mención sigue funcionando correctamente, cada año se le hacen los ajustes necesarios y ahí está, viendo pasar el tiempo, como dijeran Ana Belén y Víctor Manuel en la Puerta de Alcalá;
Cada zafra y reparación es movido por ágiles manos de trabajadores que hacen maravillas con aquel viejo torno que está en plenitud de su vida, accionado por una banda y un motor eléctrico que le da la energía suficiente para tallar el acero, hacer cuerdas, o pulir aquellos ejes que son colocados entre sus mordazas, en un principio quizás fue accionado por un motor a vapor.
Tras la jubilación de Don Pedro Velázquez, llegó al.taller el Ing. Daniel Cortés Medina.
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.