CRONICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER. 6 de septiembre de 2025 Si en la cabecera municipal y el pueblo de Potrero fue una lucha titánica tener centros educativos para que los niños estudiarán su primaria y secundaria, imaginense lo difícil que fue llevar la educación a las comunidades de la sierra, fue a partir de la década de los 60s del siglo pasado que se aprobó el programa de escuelas rurales en la república mexicana, es gracias a ese programa se tendrá una escuelita en la comunidad del Albion, en las faldas de la sierra de Atoyac. Serán aproximadamente las 5 de la mañana de aquel 2 de septiembre, allá por la década de los 70s y en la casa de la familia Lozada Lázaro han empezado las labores, Don Victor, el jefe de la casa, campesino en el corte de cafe y caña de azucar, ya bajó al nacimiento y llenó varios cántaros con agua nítida y fría de aquel manantial que brota al pie de la montaña, mientras doña Pola prepara en el bracero un jarro de café, pone el comal para hacer unas ricas tortillas, ya molió el nixtamal en el metate para obtener esa masa blanca, asa jitomates, chiles, ajos, hierve los frijoles y aquel aroma se extiende por todo el lugar. Cuando el gallo canta, empieza a despertar a su hijo, --- Marino, (ese nombre sacó el niño en el calendario y así le llamaba cariñosamente su madre) ya despiertate, se te va hacer tarde; --ya voy ma, --si no te alevantas no te va a dar tiempo de tomar tu café con las galletas de animalitos que te gustan tanto. Aquel chiquillo de escasos 8 años se levanta, toma su café, se guarda unas galletas en las bolsas de su pantalón y le dice a su papá, -- papá, papá, ya estoy listo; su padre lo monta en el burrito y le dice, no pares hasta llegar a la caseta de la Loma, ahí más o menos debes de escuchar el silbato del Ingenio que da las 6 y media de la mañana, llegando ahí te bajas del burro y te vas caminando, el burro debe de llegar descansado a la iglesia y puedas esperar tu "preciada carga", y una vez que la tengas lista regresas al rancho, --si apá, contesta el niño, y empieza su andar. Aun esta oscuro y aquel niño sale con rumbo a Potrero, baja la sierra, pasa por la capilla de Rancho Mota, se persigna, cruza el viejo puente sobre el rio y sigue su camino, pronto llega a la desviación a Poza Verde y puede ver las luces que iluminan la Col. La Loma, rodea el muro perímetral y antes de que empiece a subir la loma, escucha el silbato del Ingenio, le da dos varazos al burro para que apriete el paso, cuando el sonido empieza a extinguirse el, esta en la caseta, aquella caseta custodiada por dos soldados del Ejército Mexicano, que custodian las 24 horas la colonia de los empleados de alta jerarquia del ingenio El Potrero, ahí están con sus uniformes verde olivo, una arma en sus manos, una pistola al cincho, de su boca sale un “buenos dias” mientras se apea y empieza a caminar con paso veloz rumbo a la iglesia, pasa por la cancha de la Col. Sixto González, saluda a doña Florinda, que al igual que muchos vecinos salen a ver qué venga bien aquel chiquillo, le ofrecen agua o alguna golosina, pronto pasa las oficinas administrativas y sigue su camino hasta llegar a la iglesia de Cristo Rey, a llegado un poco antes de que de el silbatazo de las siete y se entretiene viendo el paso de los “hombres” que entran al ingenio a trabajar, de repente ve que de la avenida principal sale un carro de pasaje, cruza la vía y hace parada frente a la iglesia. Por fin a llegado su “preciada carga” la acomoda en el borriquete y “enancas” y empieza el regreso al rancho, donde tiene que llegar antes de las 8 de la mañana. ¿Pero que es aquella preciada carga?, ¿Por qué un niño de escasos 8-9 años carga en sus hombros (y también en su burrito) esa gran responsabilidad? ¿Porque viene feliz, si puede estar disfrutando su niñez allá en el rancho? A mediados de la década de los 60 don Manuel Roque había adquirido unos terrenos cerca del nacimiento del Albion, y donó una parte del terreno para que se construyera una escuela y con el apoyo de la propia gente del rancho y algunos benefactores del pueblo logran juntar un poquito de dinero y es así como en poco tiempo empieza la construcción de la Escuela Primaria "Presidente Carranza", con el apoyo de las autoridades municipales también logran que el gobierno les mande maestros para que los pequeños reciban la educación primaria; los primeros maestros que llegan vienen del programa de la Comisión Nacional de Fomento a la Educacion, (CONAFE) ademas, gracias al programa de Escuelas Rurales la pequeña escuela es considerada como multigrado y les enviaran dos maestros egresados de las Escuelas Normales del Estado de Veracruz, Puebla o Tamaulipas, uno que dará primero, segundo y tercer grado y otro que dará de cuarto a sexto.
A eso ha bajado Victor (este es su nombre verdadero) al pueblo, tiene la obligación de llevar sana y salva su “preciada carga”, la cual son dos señoritas que recién han salido de la normal y lograron obtener una plaza como maestros en una escuela rural, la maestra lupita monta en el borriquete y la maestra Leticia irá en ancas, y ahí van las dos maestras entre risas al ritmo que marca el paso del burro. Tras tres cuartos de hora de camino, el ‘Vitor” como es conocido por sus amigos, llega con las maestras a la pequeña escuela, donde ya son esperadas por los padres y los niños, a las 8 de la mañana inician aquel 2 de septiembre, las clases, Victor por su edad es acomodado en el grupo de cuarto a sexto. A la una de la tarde, al terminar la clase, de nueva cuenta, montadas en aquel burrito las maestras regresan a Potrero donde tomarán el carro que las llevará a Córdoba. ¿Qué porque viene feliz? A su corta edad, sabe perfectamente que sus hermanos, vecinos y amigos tienen la oportunidad de "conocer" las letras y "aprender a leer" y podrán superarse en la vida. Durante todos los días escolares de los siguientes 15 años, Víctor será el encargado de venir a Potrero para llevar a las maestras o maestros que irán a dar clases a aquella pequeña escuela enclavada en la sierra de Atoyac, siempre felíz y contento, no importa el clima, el esta ahí puntual, con su burro, esperando a las o los maestros que irán a dar clases a la escuela, la última maestra que viaja en ese transporte cuadrúpedo será la maestra Francelia y ya el maestro Ramón fue el primero en llegar en vehículo hasta la explanada de Rancho Mota y llegar caminando a la escuela. El mes de septiembre es el mes perfecto para batear la historia de aquel niño, Víctor Lozada Lázaro, el "Víctor", que solo termino la primaria, decía un poeta del pueblo, "las letras no entran cuando se tiene hambre" y al igual que otros niños de su edad ya andaban apoyando a sus padres en la pisca del maíz, corte de café o el corte de caña, hoy a sus 60 años Víctor, enfermo y lesionado producto de un asalto a machete, ya no baja al pueblito, pero se le puede ver, ahí en su pequeña casa, mirando hacia el horizonte, quizá recordando aquella bella época. Hoy la comunidad de El Albion también ya cuenta además de la primaria, con un jardín de niños, y que al terminar su educación primaria, la mayoría, continua sus estudios en la escuela Técnica 44 que recién acaba de cumplir su 50 aniversario pero los maestros ya no van en burro, hoy llegan caminando o en automóvil. Vaya también un homenaje a don Manuel Roque quien donará el terreno para la construcción de la escuela y a otro héroe anónimo como lo fue don Cupertino Ramírez quien donará parte de su terreno para la construcción de la escuela primaria México. Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.