Mediante un mensaje difundido recientemente, se reportó que Arlin Medrano, de 25 años, estudiante y activista, fue capturada por fuerzas israelíes tras la operación militar contra la Global Sumud Flotilla en aguas internacionales. Se afirma que la acción constituye una violación al derecho internacional y podría tipificarse como un crimen de guerra.
Arlin viajaba a bordo de la flotilla junto con otros seis mexicanos —Carlos, Sol, Ernesto, Laura, Miriam y Diego— y con más de 500 activistas internacionales que buscaban entregar ayuda humanitaria y portar un mensaje de solidaridad al pueblo palestino. Según informes, la activista podría ser víctima ahora de aislamiento, tortura y violencia psicológica.
Activistas y organizaciones exigieron su liberación inmediata, así como la protección de los derechos físicos y mentales de todos los detenidos. También instaron a los gobiernos y la comunidad internacional a garantizar su regreso seguro.
Este caso ha prendido focos de alerta diplomática, pues resalta las tensiones que pueden surgir cuando la acción humanitaria se enfrenta con operaciones militares en territorios debatidos.