Jorge Salazar García 7/12/2025
Con el objetivo de recordar el levantamiento armado zapatista del 1 de enero de 1994 y a propósito de la publicación del libro “Grandeza” de López Obrador (AMLO) donde se enaltecen las culturas indígenas, parece oportuno preguntarse si ese reconocimiento-admiración del expresidente se reflejó en las comunidades zapatistas, compuestas mayoritariamente por indígenas.
El año de la insurrección del EZLN fue determinante para cambiar el rumbo de México: Salinas, sustituía el modelo de economía mixta con la de mercado firmando el Tratado de Libre Comercio (TLC), después llamado TELCAN y hoy T-MEC que será revisado en 2026. Planeaba arraigar las recetas “recomendadas” por Washington cambiando el enfoque social del gobierno por uno mercantil, definido por Vicente Fox “de empresarios, con empresarios y para empresarios”. Hacerlo costó vidas, como las del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruíz Massieu; dos priistas, cuyas diferencias, con Salinas y su siniestro asesor neoliberal, José Córdoba Montoya (JCM), determinaron su destino fatal. En esos días aciagos también tuvieron papeles protagónicos Manuel Camacho Solís (MCS) y Ernesto Zedillo.
Retazos históricos
Diez días después de la toma de San Cristóbal de las Casas, Salinas designó a MCS Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas cuyo fruto fue la COCOPA en 1996. Este hábil político, siendo Secretario de Relaciones Exteriores de Salinas, había vivido una soterrada disputa por la candidatura presidencial que finalmente ganó Luis Donaldo Colosio. Existe la teoría de que ambos fueron rechazados por el poderoso jefe de la oficina presidencial, JCM, ninguno encuadraba en el perfil tecnócrata que requería el proyecto neoliberal. Su gallo siempre fue Ernesto Zedillo. Por esa razón, se especula que él, la nomenclatura y la CIA, conspiraron para eliminar a Colosio.
Probablemente ese magnicidio fue la causa de la dimisión de MCS, la suspensión del diálogo y el repliegue de los zapatistas tres meses después. Montoya sigue operando en México, es socio de Guillermo Guajardo González, hijo del empresario “derechista” Claudio X. González, recién invitado a palacio nacional.
Acuerdos vulnerados
En febrero de 1996 se concluyó la primera mesa (de cuatro) de los “Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígena”. Fueron firmados por EZLN y la COCOPA (Comisión de Concordia y Pacificación integrada por diputados y senadores). Conjuntamente emitieron un informe y tres acuerdos sobre Propuestas, Compromisos y Pronunciamiento. En este último, se reconocen a los pueblos indígenas como sujetos de Derecho con base a su origen histórico y naturaleza pluricultural.
Respecto a los Compromisos, se especificaron 8 obligaciones del Estado para con los pueblos indígenas: reconocimiento constitucional, ampliar su participación política, darles acceso pleno a la Justicia, promover su cultura, asegurarles educación y capacitación, garantizar la satisfacción de necesidades básicas, impulsar producción-empleo, y proteger al migrante indígena. Estos compromisos implicaban, para el estado, establecer una nueva relación sustentada en la autodeterminación indígena. Alarmada, la nomenclatura pidió a Zedillo cercar militarmente y descabezar la dirigencia del EZLN. La dirigencia guerrillera se replegó a las montañas y el proceso de oficialización de los acuerdos se bloqueó. Con todo y ello, la COCOPA presentó la iniciativa de Ley correspondiente a finales de 1996 pero Zedillo, empeñado en no cumplir los acuerdo, les hizo modificaciones congelando las negociaciones.
El 22 de diciembre de 1997, son masacrados 45 indígenas (hombre, niños y mujeres) en Acteal, mientras realizaban una ceremonia religiosa. Fue un sanguinario acto de provocación en el cual el EZLN no cayó. Al contrario, en 1998 se movilizó y aceptó las modificaciones, pero Zedillo ya no las envió al Congreso.
Vicente Fox, que había prometido arreglar el asunto en 15 minutos, sometió a consideración del Constituyente Permanente la iniciativa de la COCOPA, ¡incrementándole modificaciones! El EZLN marchó hacia la ciudad de México (2001), se presentó en el Congreso, impugnó (recurso de Amparo) lo aprobado y con el respaldo del Congreso Nacional Indígena exigió se respetaran los Acuerdos originales. Nada procedió. El gobierno se desatendió del conflicto y el EZLN, desde entonces, se replegó a fortalecer sus autonomías.
El régimen de la transformación
El gran negociador Camacho Solís se convirtió (2006) en asesor de Manuel López Obrador, y muere en 2015. Su hijo, Juan Salvador Camacho, es actualmente diputado de Morena en el estado de Chiapas. Para recuperar la confianza del EZLN, AMLO, visitando Chiapas como candidato, le ofreció su “mano franca en señal de respeto y conciliación”. Marcos, sin ambages, respondió : “Uno de los tres bribones (Ricardo Anaya, Antonio Meade y AMLO) que habrán de disputarse el trono sobre los escombros de México ha venido a nuestras tierras a demandarnos silencio”.
Sobre MORENA, el sub expresó que sería una desilusión más, porque México sólo cambiaría de capataz, no de finquero. Recordó al electorado que el PRD, teniendo como presidente a AMLO, votó junto con el PRI y el PAN en contra de los Acuerdos de San Andrés. Ese voto fue “señal inequívoca de que estaban de acuerdo en traicionar a los pueblos indígenas De ese modo, agregó: “demostraron que las supuestas diferencias entre ellos no eran más que simulaciones.” Con esas declaraciones, el EZLN advirtió que seguían igual que 1994 y que pelearían si era necesario. AMLO, sintiéndose ofendido, los llamó radicales de izquierda y conservadores.
Vale recordar que, al inicio del sexenio, el expresidente intentó contactarse en secreto con la dirigencia zapatista enviándole una carta a través del sacerdote Alejandro Solalinde. La misiva fue rechazada, pues AMLO había incluido en su gabinete a Esteban Moctezuma Barragán quien, siendo secretario de gobernación de Zedillo, diseñó la traición de 1996. Este tecnócrata, después fue nombrado por AMLO embajador de México en Estados Unidos.
Estrategia de exterminio
Por lo anterior, la confianza estaba totalmente extinguida. La ausencia de medidas objetivas de distención encaminadas a detener las agresiones destinadas a contener los autogobiernos, la libre determinación y su influencia en los pueblos indígenas justificaron la desconfianza del EZLN en la 4T. La violencia y los desplazamientos continuaron. Por ejemplo, la actriz Ofelia Medina difundió (15 de julio 2021) el desplazamiento forzado de más de 10 mil campesinos e indígenas. Apelando a la piedad social alertaba: “hay miles de niños durmiendo a la intemperie, que no comieron. ¿Que nadie siente ese dolor? La gente está vagando y existe un trato inhumano e injusto.
En la zona se vive el terror, con asesinatos, desapariciones, despojos, quemas, destrucción de siembras y desplazamientos”. Todo parecía configurar una secreta estrategia de exterminio a cargo de grupos paramilitares, fuerzas oficiales, narcotraficantes, terratenientes cuyos objetivos son las autoridades autónomas, bases de apoyo del EZLN y comunidades indígenas.
“Por el bien de los pobres, primero los empresarios” (Julio Hernández)
Durante todo el año del 2025 (octubre y noviembre, principalmente) las agresiones se multiplicaron, como si Alguien tuviera urgencia en detener la Alianza por la Libre Determinación y la Autonomía (Aldea) impulsada por el EZLN y signada por pueblos, comunidades, organizaciones indígenas y campesinas de más de 10 Estados de la República. El número de muertos, desaparecidos, torturados y desplazados defensores del territorio crece con la complicidad, omisión o abierta participación de esos funcionarios que no le creyeron a la presidenta cuando dijo que son un gobierno del pueblo. En lugar de ello, ven corrupción e impunidad y un fortalecimiento de la alianza (4 de diciembre) con los grandes capitalistas (Claudio X. González, incluido) para profundizar el Plan México y negociar privilegios sobre los 38 proyectos neoliberales que costarán vidas y miles de millones de dólares al pueblo de México



