Orizaba, Ver.- Mientras la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presume que el país tiene 8.3 millones de pobres menos, en las calles la realidad apunta a otro origen de esa disminución; el trabajo diario de millones de personas que sobreviven gracias al comercio informal y no por los programas sociales, así lo señaló Román Vázquez González, dirigente del Movimiento Indígena Liberal Popular y Autónomo de Zongolica (Milpaz).
El luchador social aseguró que el verdadero motor para enfrentar la pobreza es el esfuerzo honesto de la gente.
“México es un gran país, pero su primer obstáculo son los gobiernos”, afirmó.
De acuerdo con Román Vázquez, las familias que día a día salen a vender desde las cinco de la mañana son las que han permitido que las estadísticas muestren una reducción de la pobreza.
“Los apoyos gubernamentales son mínimos, apenas alcanzan para pagar medicamentos o estudios médicos, gastos que antes estaban cubiertos por el Seguro Popular.
La comida, la educación y los servicios básicos se sostienen con el trabajo del pueblo”, explicó.
La contradicción, advirtió, es evidente: un país donde la pobreza baja en cifras oficiales, pero donde la violencia y la desigualdad siguen creciendo.
“Mientras la mayoría de los mexicanos se amarran la tripa para sostener a sus familias, los funcionarios públicos disfrutan de viajes a Europa, ropas de marca y privilegios que resultan ofensivos frente a la economía de quienes trabajan honradamente”, concluyó.