CLAROSCUROS
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de quien las emite y no representan a este medio
José Luis Ortega Vidal
(1)
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informó el pasado 13 de agosto sobre los 13.4 millones de mexicanos que dejaron la pobreza multidimensional durante el sexenio del ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
El prestigio del INEGI –algunos de cuyos datos le fueron compartidos por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), otro organismo público reconocido por su rigurosidad metodológica y la veracidad de sus datos –a pesar de lo cual fue desaparecido por iniciativa de AMLO-, fortalece su versión sobre el combate eficaz a la pobreza en México.
Lo que se ha cuestionado, al margen de las estadísticas probadas sobre la pobreza, es la falta de contraste con modelos distintos al del análisis multidimensional; concretamente al requerimiento de una visión con mayor profundidad sobre las razones de ese avance en la lucha a favor de quienes menos tienen y la garantía de que este logro pueda mantenerse a mediano y largo plazo.
(2)
Hablemos de la deuda de la Hacienda Pública mexicana.
(3)
Durante su campaña electoral y luego en la toma de protesta como presidente el primero de diciembre del 2018, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a evitar un mayor endeudamiento del país.
No obstante, a partir de la conclusión del primer sexenio de la 4T México debe 17.4 billones de pesos.
Durante el año 2006 Vicente Fox Quezada entregó la banda presidencial al también panista Felipe Calderón Hinojosa junto a una deuda pública de 2 billones de pesos.
He ahí el contraste entre nuestro pasivo público del año 2006 y el pasivo público dieciocho años después, esto es al año 2024.
(4)
Comparto un análisis del periodista Armando Limón, publicado en el periódico digital Plano Informativo y fechado el pasado 31 de julio:
“Durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006), la deuda pública inició en 25.7% del PIB y cerró en 28.2%, un incremento moderado de 2.5 puntos porcentuales. Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), este periodo se benefició de la estabilidad macroeconómica tras la crisis de los noventa, con esfuerzos por reducir la vulnerabilidad externa, aunque la deuda externa aún pesaba significativamente en las finanzas públicas.
En el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), la deuda pública creció de 28.2% a 35.6% del PIB, un aumento de 7.4 puntos porcentuales. La crisis financiera global de 2008-2009 forzó un mayor endeudamiento para financiar medidas contracíclicas, llevando el SHRFSP a 4.8 billones de pesos en 2012. La SHCP destaca el giro hacia la deuda interna para mitigar riesgos cambiarios, pero organismos como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) han criticado la ausencia de una reforma fiscal estructural, que dejó al país dependiente del endeudamiento ante la falta de ingresos propios robustos.
El sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) registró el mayor salto relativo, con la deuda pública pasando de 35.6% a 43.6% del PIB, un aumento de 8 puntos porcentuales. La caída de los ingresos petroleros y el incremento del gasto en proyectos de infraestructura y programas sociales elevaron el SHRFSP a 10.4 billones de pesos. La SHCP reconoce que el costo financiero de la deuda creció, pero en su momento analistas de México Evalúa señalaron la opacidad y la falta de control del déficit fiscal, lo que mermó la confianza de los mercados y elevó la percepción de riesgo.
En la administración de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), la deuda pública cerró en 51.4% del PIB en diciembre de 2024, un preocupante incremento de 7.8 puntos porcentuales desde el 43.6% heredado, alcanzando un récord de 17.4 billones de pesos. Aunque la SHCP presume una reducción de riesgos cambiarios al concentrar el 74.9% de la deuda en moneda local y atribuye la estabilización Post-2020 a la fortaleza del peso y un crecimiento económico de 1.5% en 2024, estas cifras ocultan una realidad alarmante.
La insistencia en financiar megaobras como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, junto con un déficit fiscal de 5.7% del PIB en 2024, refleja una gestión fiscal imprudente que priorizó proyectos de dudosa rentabilidad sobre la sostenibilidad financiera. Analistas como James Salazar de CIBanco han advertido que la ausencia de una reforma fiscal integral y la creciente presión del costo financiero—que consumió 3.2% del PIB en 2024—ponen en riesgo la estabilidad económica futura, dejando un legado de vulnerabilidad para el actual sexenio.”
(5)
Hasta aquí -de acuerdo al INEGI-, tenemos un país con 13.4 millones de pobres menos…
Hasta aquí -de acuerdo al Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP)-, tenemos una deuda de 17.4 billones de pesos, hasta el 2024…
Frente a esta deuda heredada por AMLO a Claudia Sheinbaum, leamos lo siguiente:
“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló sobre el endeudamiento que dejaron los presidentes de los sexenios pasados, y prometió que durante su administración se buscará no endeudar al país.
El mandatario explicó que Vicente Fox dejó una cifra de 2 billones de pesos, mientras que Felipe Calderón la aumentó a 5 billones de pesos, en lo que significaron los dos sexenios panistas en México.
Sobre la administración que encabezó Enrique Peña Nieto, López Obrador indicó que el endeudamiento heredado fue de 10 billones de pesos.
Durante su conferencia matutina, el presidente de México dijo que en su gobierno no se aumentará en términos reales la deuda, por eso se trabajará con disciplina fiscal.”
Tomado de: AMLO revela las deudas que dejaron Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto – El Heraldo de México
(6)
No hubo la disciplina fiscal prometida por Andrés Manuel.
No se evitó el endeudamiento del país, sino todo lo contrario: se incrementó la deuda a un nivel histórico desde el año 2006 al 2024; pese a la promesa de López Obrador…
(7)
En México tenemos menos pobres, pero estamos más endeudados…