CRÓNICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER. 8 de septiembre de 2025 De la serie: FORJADORES DE LA EDUCACIÓN EN NUESTRA COMUNIDAD.
Son las 5 de la mañana y en aquella casita en la sierra de Puebla daban inicio las actividades, la madre ponía en el bracero café a hervir, mientras el padre ponía el borriquete al pequeño burrito y tenerlo listo, cerca de las 6 de la mañana, despertaban cariñosos a su hijo, le daban café y lo preparaban para que fuera a la escuela, su morralito listo con cuadernos, libros y aquel lápiz sin goma era más que e suficiente para tomar apuntes, a las 6 y media de la mañana aquel niño, montaba su burro y empezaba el camino al pueblo para continuar sus estudios de primaria, tras más de una hora, llegaba al pueblo, mareaba el burrito a algún árbol y corría a firmarse para tomar la clase del día; esa era su rutina diaria durante los 6 años que estudió la primaria, por la tarde regresaba por el mismo camino, a casa En una de tantas noches, a la luz de un quinque el niño dice a sus padres, "ya se lo que quiero ser de grande, voy a ser maestro y voy a construir una escuela grande y bonita" para que los niños no tengan que caminar mucho para ir a la escuela.. Al terminar sus estudios básicos y la preparatoria, fue aceptado en la Escuela Normal Superior del Estado de Puebla, donde terminó su carrera como maestro de primaria y tras 4 años de estudios, se gradúa en la generación 1958-1962 y ahí están, orgullosos, sus padres, quienes están felices por el logro de su hijo. Con todo el entusiasmo se presentó para solicitar su plaza de maestro y con mucha atención escucha "Profesor Evergisto Márquez, hay una plaza como maestro rural en la escuela rural de la colonia Guadalupe en el pueblo de Potrero Nuevo en el estado de Veracruz, la noticia le cae como un balde de agua fría, pero acepta el reto, su sueño de construir una escuela en su comunidad se desvanece, pero piensa, algún día regresaré. En un viejo mapa, busca Potrero Nuevo, pero ese pueblo no aparece en los mapas, pregunta por aquí, pregunta por allá y alguien le da razón, "hay un lugar que se llama Potrero Nuevo, pero tienes que tomar el tren que lleva a Veracruz y pasando Córdoba dos o tres estaciones adelante, ahí está" Con tristeza les comenta a sus padres al lugar que lo enviaron, pero sus padres lo alientan y un día de agosto de 1962 se despide de sus padres, su madre lo abraza, le da la bendición, una lágrima rueda por su mejilla, lo besa y le dice que no se olvide de ellos, el padre con ese carácter fuerte que le han dado los años también le da la bendición y se despide, les promete regresar seguido a visitarlos, dice el "cielito lindo" que no se sienten las despedidas, pero con tristeza, los padres ven a su hijo caminar a un futuro incierto; toma el tren, ese tren eléctrico movido por la máquina 1011 que baja de Esperanza a Paso del Macho, con destino a Potrero Nuevo. Al pasar la estación Paraje Nuevo, el auditor del ferrocarril, se acerca, lw toca el hombro para despertarlo, pero el sueño lo ha vencido, lo mueve más fuerte y lo logra despertar, joven, la próxima estación es Potrero Nuevo, tras unos minutos de viaje llega a la estación de Potrero, baja, pide informes sobre el lugar y tras caminar un poco pasa por el Mercado, camina sobre la vía del ferrocarril cañero, pasa por la colonia Unión y Progreso, a su derecha ve la subestación 2 del ferrocarril, que genera la electricidad suficiente para que funcione el ferrocarril electrico, tal y como le dijeron, llega a la esquina y dobla a la derecha y tras caminar la pequeña subida llega a la colonia Guadalupe donde es esperado por algunos padres de familia que lo reciben con gusto, le presentan su "escuela" una casita de madera con techo de lámina que con grandes sacrificios habían construido, sabían que, como cada año, el maestro llegaría, daría clases y al terminar el ciclo escolar se marcharía, como lo venían haciendo los maestros que, desde 1957, llegaban dar clases en aquella escuela rural Con asombró, escucharon a aquel joven de escasos 20 años, vestido con su camisa de manta almidonada, su pantalón también de manta, cruzado, calzando huaraches de correa, jamás negó sus orígenes, soy el nuevo maestro, me llamo Evergisto Gasdem y vengo para quedarme con ustedes, y si me ayudan, tendremos la mejor escuela que sus hijos puedan tener. A la luz de unos candiles, todas las noches hacia reuniones con los padres de familia en el corredor de la casa de Don Cupertino Ramírez, ahí les platicaba sus sueños, su deseo de construir una escuela, pero que lo veía imposible, se necesita tener que viajar a la capital a gestionarla, que le dirían que el pueblo ya contaba con dos escuelas, que hacía falta un terreno para construirla, y lo más difícil, encontrar alumnos suficientes para que se la autorizarán. Empezó a ir y venir a la capital del estado, siempre contento, y un día, en una de esas charlas a la luz de los candiles, escucha aquella noticia que le dio más ánimos para luchar por su escuela, --maestro, he platicado con mi padre y me ha dado permiso para que el solar que está frente a la casa, se le regale para que construya la escuela, la emoción fluyó por todo su ser, y solo atino a decir, gracias Don Cuper, muchas gracias; quien había dado la noticia era Don Cupertino Ramírez y es así, que con ese entusiasmo convocó a los vecinos de las colonias Guadalupe, Rancho Frío y Trasbordo para que inscribieran a sus hijos en la escuela, se hicieron faenas, se realizaron rifas, kermes y otras actividades para recaudar fondos y un día, orgullosos los habitantes de la zona vieron terminada la Escuela Primaria México, una escuela sencilla, una escuela de solo un nivel, 4 aulas, baños y un espacio que serviría como dirección, no era de tres niveles como la Lázaro Cárdenas ni tenía 10 salones y un gran auditorio como.la Adolfo López Mateos, pero era su escuela, la mejor escuela que podían tener, pronto también tuvo maestros dispuestos a enseñar y trabajar en beneficio de la niñez, pronto, amplio la escuela para tener aulas para los 6 grados, y en 1986 logró obtener otra clave, ahora para el turno vespertino que se llamaría Escuela Primaria Amado Nervo. Con el mismo entusiasmo de cuando llegó en 1962, logro darle el prestigio sufriente a la escuela, logrando forjar y educar futuros ciudadanos a nuestro país. En el año 2002, tras laborar 40 años como director y maestro, el profesor Evergisto Gasdem Márquez se jubila de aquella escuela que soño construir cuando era niño. En mayo de 2007, en los festejos del día del maestro, exalumnos, maestros y padres de familia de las escuelas primarias México y Amado Nervo, hicieron un homenaje a tan apreciado maestro. Vaya hoy un homenaje al Profesor Evergisto Gasdem, por ese amor que tuvo y sigue teniendo por este pueblo, lejos de su tierra natal y a la familia de Don Cupertino Ramírez por esa generosidad para desprenderse de ese pequeño solar donde hoy se erige la escuela.
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales.