Orizaba, Ver.- La autorización de la construcción del llamado “Techado del Nuevo Paseo Madero” que pretende colocar el ayuntamiento de Orizaba, ya está en manos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dependencia que dará el fallo la próxima semana.
Y es que el alcalde Juan Manuel Diez Francos, no podrá colocar ningún tipo de estructura sin la autorización legal del INAH, pues iría en contra del decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF 25/01/1985), que declara al centro de esta ciudad como zona de monumentos históricos.
La orden se estableció para preservar la armonía arquitectónica original de este espacio urbano de alto valor patrimonial.
El proyecto del techado estaría ubicado entre la calle Francisco I. Madero entre las avenidas Cristóbal Colón y Oriente 2, y de realizarse ese capricho iría contra del trazo y estilo del casco histórico, porque este es un diseño de tipo europeo y alteraría el conjunto urbano y la armonía arquitectónica, según lo establecido por el Artículo 5 del decreto y las leyes federales que lo respaldan.




El decreto del 25 de enero de 1985, emitido por el entonces presidente Miguel de la Madrid, establece que toda construcción, restauración o intervención dentro de la zona protegida debe contar con la autorización previa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Además, determina que la zona representa un testimonio de valor excepcional para la historia social, política y del arte en México, por lo que debe conservarse tal como está.
El marco jurídico no puede ser rebasado por ordenamientos administrativos municipales, ya que los ayuntamientos no tienen facultades legislativas ni soberanía, y sólo los Congresos pueden modificar leyes.
La declaratoria de “Pueblo Mágico” también establece lineamientos estrictos en cuanto a preservación de fachadas, materiales y estilos arquitectónicos.
Alterar estos elementos con estructuras ajenas a la identidad urbana podría representar un riesgo para el distintivo, que ha sido clave en la proyección turística de Orizaba.
Expertos en patrimonio consideran que este tipo de obras deberían encaminarse a rescatar las casonas pérdidas tras el sismo de 1973 y por lo cual fue promovido este decreto, y no a intervenir con elementos nuevos que rompen la estética e historia del centro.
Cabe decir que los comerciantes, vecinos y propietarios no sólo del primer cuadro o Centro Histórico, enfrentan serios problemas para realizar cualquier modificación en sus inmuebles y ahora, el gobierno municipal parece operar con un doble discurso, pues exige apego al nombramiento de Pueblo Mágico, pero a su vez promueve obras que violentan los principios de conservación que dicho distintivo demanda.