La economista sonorense publica la investigación ‘Transformación productiva y precariedad laboral’.
Por Héctor González/ Aristegui Noticias
Las condiciones económicas creadas por el neoliberalismo han conducido a la precariedad laboral, señala la investigadora Martha Irene Borbón Almada, autora de Transformación productiva y precariedad laboral. Hermosillo, Sonora, 1992-2012 (El Colegio de Sonora).
En su estudio, la economista revisa como la polarización social y económica ha conducido a que desaparezcan los ingresos de nivel medio y en cambio, se han incrementado los empleos mal pagados.
La precariedad laboral parece preocupar más a los académicos que a los políticos.
Cierto. Últimamente los gobiernos se refieren a la necesidad de mejorar la calidad del trabajo. Sin embargo, todo se queda en slogans discursivos, no llegan a la política pública.
En la sociología ya se habla del precariado como una nueva clase…
La sociología estudia el problema y asumen el conflicto como el retiro de los beneficios que tenían los trabajadores, sobre todo en los países desarrollados respecto al Estado de bienestar. Es una realidad que cada vez se retiran más prestaciones tanto en las potencias como en los países en desarrollo. Las condiciones económicas creadas por las continuas crisis y por el mismo modelo neoliberal contribuyen a su incremento.
¿Es asunto del modelo neoliberal o de políticas mal aplicadas?
Las políticas son parte del modelo. Un ejemplo es la restructuración de la Ley Federal del Trabajo y su permisibilidad de la contratación a destajo. Los gobiernos ya no toman como violaciones a los derechos laborales la ausencia de contratos. El outsourcing permite a los empresarios deshacerse de ciertos costos y, por si fuera poco, los dueños de este tipo de negocios no están regulados. En Hermosillo está documentado que la planta Ford externalizó los servicios de limpieza, comedor, recolección de basura y contabilidad. Algunos los asumen las empresas locales, pero al no estar regulados ofrecen jornadas laborales excesivas, sin contrato, ni prestaciones. Aquí los gobiernos tienen mucho por hacer.
¿El outsourcing se necesita regular o eliminar?
Se debe regular. A los empleadores de las trabajadoras domésticas todo indica, que se les pedirá que les paguen seguridad social, muchos de ellos no podrán hacerlo y tendrán que prescindir de ellas. Una verdadera solución sería que el gobierno creara las condiciones para que el capital invirtiera en agencias encargadas de dar protección a las trabajadoras. No veo otra forma de apoyarlas.
Con relación a estas políticas, ¿qué prácticas se replican a lo largo del país?
Cuando entra la inversión extranjera en una localidad donde se tienen microempresas de productividad muy baja, la sociedad se polariza. Las empresas modernas y con tecnología sofisticada, ocupan trabajo calificado bien pagado. En otro extremo tenemos gran cantidad de negocios con baja productividad e imposibilitados de dar buenas condiciones a sus empleados. Podríamos pensar que esto es lo normal, pero la consecuencia real es la polarización porque los trabajos de nivel intermedio tienden a desaparecer. El proceso se puede ver como una transición, pero bajo el modelo económico actual no encuentro solución. El neoliberalismo implica dejar actuar a los inversionistas y esto no ha traído buenos resultados en términos de igualdad. Los gobiernos deben cuidar el equilibrio.
¿Cómo encontrar un equilibrio cuando se dice que la seguridad social o los sistemas de pensiones están rebasados?
Al Estado no le alcanza porque no genera empleo. Los trabajadores pagamos impuestos y nuestro fondo de pensiones, el problema es que no se crean las plazas necesarias para que los fondos crezcan. La opción del neoliberalismo a esta contradicción son las afores, sistemas manejados por el sistema bancario y donde el gobierno se lava las manos.
¿Qué país ha resuelto bien este problema?
Los Países Bajos lo han resuelto bien, pero no podemos compararnos con ellos, ya que desde hace mucho tomaron medidas como el control demográfico. En México cuando se quiso atender, las políticas se centraron en el control natal sin tomar en cuenta el impulso del desarrollo. La tasa de natalidad bajó mucho y emergieron generaciones muy amplias, por eso tenemos a tantos jóvenes en edad productiva y sin trabajo.
¿Los apoyos a las madres solteras o a los jóvenes que no estudian ni trabajan, ayudan o son mero asistencialismo?
Son asistencialistas. El programa de capacitación a los jóvenes con la participación de empresarios se oye bien, pero falta ver cómo funcionará. La idea de capacitar trabajadores no es nueva, el problema es que se aplicaba de manera discrecional. Ahora la ayuda es universal, solo nos falta saber si las empresas asumirán la responsabilidad social de emplear a los jóvenes. Todavía no tenemos seguridad en nada.
¿Una política salarial que disminuye los ingresos a altos mandos del gobierno, ayuda?
Disminuir los sueldos excesivos está bien, siempre que aumenten los ingresos de quienes menos ganan. En este sentido no veo claro porque hasta donde se las plazas de base se están cancelando. En décadas anteriores, el gobierno era un empleador importante ahora cada vez se comprime más y esto no solo implica desempleo, los equipos de gobierno se están acabando y eso no es bueno. Mi impresión es que los programas laborales de esta administración están hechos a la ligera y con una vocación asistencialista.