Ixtaczoquitlán, Ver. — Alumnos de la Telesecundaria Artículo 123, ubicada en la localidad de Potrerillo, Ixtaczoquitlán, demostraron que la inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta útil, pero el ingenio humano y el trabajo en equipo siguen siendo insustituibles. Esto quedó de manifiesto con un proyecto escolar en el que los estudiantes construyeron mesas de picnic siguiendo diseños sugeridos por la IA, pero ejecutados totalmente con su esfuerzo.
Preocupada por la creciente dependencia de sus alumnos hacia la inteligencia artificial para resolver tareas escolares, la profesora Ana Laura García Lara, docente de tercer grado, lanzó un reto diferente: construir mesas de picnic usando únicamente instrucciones generadas por la IA, organizándose en equipos de trabajo.








Divididos en cuatro equipos, los jóvenes investigaron, diseñaron y recolectaron materiales. Bajo la supervisión de la profesora, trasladaron madera y herramientas al plantel para llevar a cabo la construcción de las mesas. El resultado fue la creación de cuatro mesas únicas, cada una con diseños distintos, pero con algo en común: todas fueron fruto del esfuerzo y la creatividad de los estudiantes.
Sin embargo, no todo fue sencillo. Los alumnos relataron que las indicaciones dadas por la IA no siempre resultaron exactas. En algunos casos, las mesas quedaron demasiado altas o incómodas, por lo que fue necesario realizar ajustes y rediseños sobre la marcha. “Nos dimos cuenta que la IA te da ideas, pero no es perfecta, tuvimos que usar nuestro propio ingenio para corregir errores”, comentaron los alumnos Ángel Jesús Gallardo Sánchez, Ángel González Muñiz y Joel Morales Hernández.
El aprendizaje no terminó allí. Al notar que las mesas necesitaban protección contra la lluvia y el sol, los estudiantes decidieron construir un techo, lo que transformó el ejercicio escolar en un proyecto comunitario. Algunos alumnos aprovecharon los conocimientos compartidos por familiares dedicados a la albañilería para levantar la estructura.
El financiamiento del proyecto fue conseguido mediante diversas iniciativas: un padre de familia aportó apoyo económico, mientras que las alumnas organizaron ventas de comida y colectas en el mismo plantel. La mano de obra fue completamente estudiantil.
A punto de concluir el techo, la Telesecundaria Artículo 123 busca difundir esta experiencia como un ejemplo del potencial juvenil cuando se les motiva correctamente. Más allá de aprender carpintería y construcción, los estudiantes desarrollaron habilidades de trabajo en equipo, administración de recursos y resolución de problemas.
Este proyecto es hoy un símbolo tangible de que, con creatividad y colaboración, los jóvenes pueden superar incluso las limitaciones de la inteligencia artificial.