Entre los siglos XVIII y XIX, una serie de fortificaciones se establecieron a lo largo del Camino Real que conectaba Veracruz con Orizaba, con el propósito de custodiar esta ruta vital, establecida en 1580 bajo la dirección del virrey Martín Enríquez de Almansa. Estas estructuras no solo servían para proteger el tránsito de personas y mercancías, sino que también se convirtieron en baluartes estratégicos de la Nueva España.
Hoy en día, estos edificios históricos son objeto de intensos estudios multidisciplinarios que buscan no solo entender mejor su construcción y propósito original, sino también rescatar su valor cultural y su importancia en la historia de México. Estos esfuerzos no solo fortalecen la identidad y el orgullo de las poblaciones locales donde se encuentran estas fortificaciones, sino que también impulsan el turismo, atrayendo a visitantes interesados en la historia y el patrimonio cultural del país.
Uno de los líderes en estos estudios es el Licenciado en Ciencias de la Comunicación Mario Jesús Gaspar Cobarruvias, director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real de Veracruz a México. Gaspar Cobarruvias es un destacado historiador y miembro de Cronistas de Veracruz, A.C., así como presidente de México Hispano/Héroes de Cavite en México, A.C. y del comité Veracruz-Boca del Río en Profesionales por México, A.P.N.
Su trabajo ha sido reconocido en múltiples ocasiones, siendo galardonado dos veces con la medalla y diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz y el Conservatorio Nacional de Historia y Civismo. Bajo su dirección, el estudio de las fortificaciones del Camino Real no solo preserva la historia, sino que también promueve un conocimiento más profundo de la rica herencia cultural de la región, asegurando que estas estructuras sigan siendo una fuente de orgullo para las generaciones futuras.