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HABLEMOS DE XALAPA
Uriel Flores Aguayo
Ahora que aparecen por ahí las más diversas aspiraciones para presidir a XALAPA, viene bien una reflexión sobre nuestra realidad en general. Es altamente necesario que, a los nombres, muy en su derecho de levantar la mano, se agreguen los diagnósticos, las propuestas y los compromisos con nuestro entrañable municipio, de donde somos o en donde vivimos. Será muy interesante y útil ir conociendo lo que piensan hacer en caso de que ocupen algún cargo municipal. Es siempre fascinante asociar a las personas con sus visiones y saber los qué y los cómo. XALAPA, tiene características especiales en tanto asiento de los poderes y de la Universidad Veracruzana; su perfil cultural y su capital social positivo representa un reto para quienes pretendan gobernarla. No es fácil ofrecer sin ton ni son, decir lo que sea o escudarse en siglas solamente. A estas alturas de las alternancias ya es posible hacer el balance sobre los cambios y avances en vida democrática, sobre todo en la actual administración que se presentaba como disruptiva y de regeneración. Nuestro municipio ha sido gobernado por distintas fuerzas y personalidades políticas; ha tenido al frente a representantes de todo el abanico partidario, tanto en la presidencia como en el conjunto del cabildo. Es importante establecer claramente en qué han consistido los cambios en caso de que hayan ocurrido. Saber, por ejemplo, si hay más democracia municipal entendida en sentido amplio, si se tiene mayor transparencia, si los servicios son eficaces, si hay puertas abiertas a la ciudadanía, si los servidores públicos tienen perfil y son resultado de selección imparcial, si no hay un eje partidista que incida facciosamente en las decisiones gubernamentales. La clave reside en tener claro el panorama de los cambios en sus significados profundos, que no sean solo de forma, de nombres o colores y mucho menos de maquillaje.
Xalapeño que soy, de origen y residencia, participe en alguna medida de la vida pública de nuestro municipio, siempre tengo interés en lo que pase aquí; observo, recorriendo sus calles y sitios públicos, su realidad, sus cualidades y defectos. A partir de ahí difundo, comento, colaboro y hago propuestas. No lo hago desde las parcialidades de algún partido político, un grupo de interés o por qué hubiera cercanía electoral, que no es el caso. Actuó como ciudadano, como lo he hecho desde hace unos cuarenta y tres años. Tengo, incluso, el antecedente de haber sido candidato en este municipio y haber formado parte de la comuna del 1982-1985 en calidad de Regidor. Conozco, en ciertos casos directamente, lo que han sido los movimientos sociales y políticos ocurridos en nuestra ciudad, su crecimiento y los vaivenes de su conducción edilicia. Algo puedo decir por lo tanto.
De los muchos temas de los que se pudiera hablar quiero, por ahora, referirme a los parques públicos de nuestra ciudad. Somos un municipio verde, con un clima favorable a las plantas y jardines, que se concentra en extraordinarios parques urbanos. Tenemos “Los Berros”, “Los Tecajetes”, “Los Lagos” y el Cerro de Macuiltepetl, entre otros. Digamos que esos son los principales del centro de Xalapa. Son un pulmón natural y espacios privilegiados para el deporte y la recreación. Deben ser el orgullo e identidad de XALAPA; a la vez que una gran fortaleza, valor y cualidad. Ahí están, ahí han estado, son referente colectivo y dan buena imagen y bienestar a nuestra población y visitantes. Con mucho, son una experiencia educativa también. Nuestros parques dan sustento a la fama de ser la ciudad de las flores. Para mí gusto falta una política de mayor alcance para nuestras áreas verdes y parques, donde se les de la relevancia que merecen y se les refuerce como el gran símbolo que ya son pero que requiere relanzamiento. Esto implica estructuras sólidas de atención, presupuestos suficientes, mantenimiento diario, programas específicos y ordenamiento del comercio, entre otras acciones, políticas y programas. Urge hacer algo en Los Lagos de el Dique, no puede seguir con esos puestos de feria; hay que dar mantenimiento a Los Berros y Los Tecajetes. Con parques limpios, sin daños a su equipamiento, con juegos en buen estado, con orden en su comercio (absurdo en algunos casos), con seguridad y programas recreativos bien planeados, tendremos espacios para nuestra sana convivencia, con calidad de vida, y para recibir y presumir a nuestros visitantes. Si en realidad queremos turismo ahí está una alternativa a la mano. Se puede y se debe también convocar a la ciudadanía para hacer patronatos que coadyuven a su cuidado y mantenimiento. Doy por descontado que se hacen campañas permanentes de concientización social al respecto.
Recadito: cada quien habla cómo le va en la feria.
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