He leído la reciente publicación del Ing. Angel Gomez Tapia, a quien puedo resumir simplemente como un gran ser humano, llamada LA HACIENDA AZUCARERA LA CANDELARIA (HOY POTRERO VIEJO) CUENTA SU HISTORIA
Un tributo a uno de los mejores historiadores de la región, Don José Rubio.
Toda historia empieza, valgase la redundancia, por el principio, pero hoy quiero empezar con el final y continuar esta serie en la segunda y tercera o las partes que sean necesarias desde el principio.
Tampoco quiero con esto denostar el gran trabajo realizado por el Ing. Ángel Gomez Tapia.
A lo largo de la historia se han venido dando grandes acontecimientos que, gracias a los escribanos, hombres letrados que sabían leer y escribir muy bien y que ya sea en papiros, piedra o papel nos dejaran narrados esos sucesos.
Si bien es cierto, en nuestra región, Potrero como eje central y en un radio de varios kilómetros, sucedieron hechos importantes que hoy, gracias a muchos investigadores y escritores, los tenemos casi al acceso de nuestras manos, sólo basta ir a una biblioteca y tomar algún libro de historia y nos sumergirnos en una vorágine de narrativas que nos hecharán a volar la imaginacion y sentirnos parte de esos acontecimientos.
Hay cartas, partes de guerra, libros, informes, noticias y otros documentos que dan cuenta de esos grandes acontecimientos y que hoy perduran y se encuentran en archivos públicos o particulares, pero que, con los cuidados necesarios, uno puede acceder a ellos.
¿Existió en la región una Hacienda llamada La Candelaria en donde hoy está el casco de la hacienda El Potrero en la Congregación Potrero
Viejo?
NO
Y si bien algunos historiadores llaman en sus libros y publicaciones Hacienda la Candelaria a dicha hacienda, cuando uno lee el resto de la publicación no encuentra uno referencias a dicho nombre, ¿que leemos entonces? Maximiliano y Carlota estuvieron en la Hacienda El Potrero y escucharon misa en la capilla de la Virgen de la Candelaria; Miguel Miramón llegó a la Hacienda El Potrero y escucho misa en la capilla de la virgen de la Candelaria; Nicolas Bravo descansa en la Hacienda El Potrero; Juan Nepomuceno Almonte descansa en la Hacienda El Potrero; Lorencez deja una parte de su artillería en la Hacienda El Potrero; El Capitán Paula de Milán arma su pequeño ejército para ir a atacar a los franceses en el Chiquihuite en la Hacienda El Potrero; Ignacio de la Llave toma el Cerro del Chiquihuite y la Hacienda El Potrero como centro insurgente.
¿Entonces donde nace la confusión?
En un documento que la gran historiadora Adriana Naveda encuentra y narraba que para 1690 Juan de Miranda solicita un préstamo para construir un trapiche en la Hacienda de Nuestra Señora de la Candelaria, en el Potrero (si en el Potrero y es correcta esta afirmacion pero en el Potrero de Miranda, no en el Potrero de Segura).
La leyenda de la Virgen de la Candelaria que se ha trasmitido oralmente de generación en generación y el Dr. David Ramírez Lavoignet en su historia de Atoyac coinciden en que, José Segura de Ceballos manda a elaborar las imágenes de la virgen de la Concepción y la virgen de la Candelaria para regalarlas a las haciendas vecinas, al igual que manda a elaborar muchas imágenes que va a donar a la parroquia de Córdoba, hoy Catedral, la imagen de la Virgen de la Concepción no tiene problemas y es llevada a la Hacienda la Concepción, pero la Virgen de la Candelaria no es encontrada la Hacienda y la imagen es regresada a la hacienda y guardada en una bodega, la leyenda nos dice que a la muerte de José Segura de Ceballos, doña Gertrudis Vda. de Ceballos ordena que la virgen sea llevada a la hacienda vecina y sale en peregrinar, pero la imagen se apesenta y después de varios intentos, se dice que los pobladores, gritaron “La Virgen no quiere irse” y es así como la virgen se queda en la Hacienda.
Regresemos un poco hacia 1690, Juan de Miranda pide un préstamo para construir un trapiche, dato real, la hacienda se llama Nuestra Señora de la Candelaria, ojo con el nombre, existen en esa misma época en la región de San Lorenzo de Cerralvo dos haciendas con el mismo patronímico, Hacienda la Concepción y Hacienda de Nuestra Señora de la Concepción ¿a cual de esas haciendas donó la imagen Segura de Ceballos? A la hacienda la Concepción donde hoy se encuentra el viejo casco de la hacienda, porque la otra hacienda se comenzó a llamar Hacienda de las Mesillas, el nombre completa era Hacienda de Nuestra Sra. de la Concepción de las Mesillas.
Luego entonces La Hacienda de Nuestra Sra. de la Candelaria y la Hacienda donde se instaló en la capilla la imagen de la Virgen de la Candelaria no eran las mismas, estaban ahí mismo, en la zona, pero para nada eran las mismas, por esa razón, la historiografía no dice que Maximiliano y Carlota llegan a la Hacienda El Potrero y escuchan misa en la capilla de la virgen de la Candelaria, lo mismo pasa el 24 de diciembre de 1865, cuando la emperatriz Carlota Amelia llega a la Hacienda El Potrero y escucha misa en la capilla, y cuenta la leyenda que la propia emperatriz mandó a construir el retablo de madera que se encuentra en la Hacienda.
Ahora bien, después de 1690 se dan algunos sucesos que vienen a darle un giro a la historia.
1.- Juan de Miranda desaparece de la historia regional.
2.- Desaparecen de la región los artesanos que elaboran imágenes religiosas en madera.
En el año de 1711 se presentan en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México un grupo de Artesanos y ensamblan majestuosamente un retablo que han labrado delicadamente durante algunos años, la curia de la Catedral queda maravillada cuando en el altar de una de las capillas queda integrado totalmente el RETABLO DE LOS 12 APOSTOLES.
El autor de aquel famoso retablo con las pinturas de los 12 apóstoles es simple y llanamente Juan de Miranda
Se puede leer en el titulo Hacienda la Candelaria ¿El primer fraude de la historia?
Se cree que Juan de Miranda solicita el préstamo en 1690 supuestamente para construir un trapiche, pero no lo construye, con el dinero compra a los artesanos y se los lleva a la Ciudad de México, compra madera y otros materiales y empieza a realizar el retablo, el cual dona a la Catedral, consumiendo el primer fraude azucarero en la región.
Esta historia continuará
Recopilador: Nazario Guadalupe Cebada Morales