Ilamatlán, Ver.— A doce días de la contingencia provocada por deslaves e inundaciones en la sierra de Ilamatlán, la comunidad náhuatl de Xaltipa desapareció por completo y localidades como Chahuatlán y Atempa reportan hasta un 70 % de destrucción en viviendas e infraestructura. Cinco maestras continúan desaparecidas.
Las docentes no localizadas son María Guadalupe Hernández Hernández y su hija Alison, Sonia y su madre Anselma, además de otra maestra aún sin identificar plenamente. Todas laboraban en escuelas de alta marginación de la zona afectada.
Maestros y autoridades comunitarias denunciaron la falta de atención oportuna y solicitaron ayuda urgente. El profesor Rogaciano Cortés advirtió que los pobladores no consumen productos enlatados y requieren víveres acordes a su dieta tradicional como maíz, frijol, chile y jitomate.
Xaltipa, con aproximadamente 350 habitantes, fue evacuada y sus pobladores se encuentran en un albergue en Huayacocotla bajo resguardo del INPI. La reubicación de la comunidad será permanente, por lo que se requerirán terrenos, viviendas, centros escolares y servicios médicos.

La situación vial es crítica: caminos como San Gregorio, Santa Cruz, Amatlán, Apla de Capa, San Pablo y San Mateo permanecen intransitables. Asimismo, se reportó la pérdida de puentes clave, entre ellos el puente de Cucapa, sobre el río Garcés, y otras estructuras en la zona de Embocadero, lo que ha dificultado el ingreso de ayuda.
Las labores de búsqueda y rescate se realizan de manera manual, sin maquinaria ni equipos especializados. Campesinos y voluntarios remueven lodo y escombros con palas y picos. Familiares de los desaparecidos pidieron la intervención del Ejército y de cuerpos de rescate con herramientas de localización.
“Están buscando a ciegas, necesitamos más apoyo”, expresó un familiar.
Entre los planteles educativos afectados se encuentran el Telebachillerato Comunitario de Ilamatlán y escuelas de nivel básico en Chahuatlán y Xaltipa, donde se requiere reposición de mobiliario y útiles escolares para niñas y niños indígenas en condiciones de alta marginación.
Las necesidades prioritarias en la zona incluyen alimentos tradicionales, agua potable, atención médica, maquinaria y equipos de búsqueda, reconstrucción de escuelas, rehabilitación de caminos y puentes, así como apoyo psicológico para las familias afectadas.