José Vargas.
Coatzacoalcos, Ver. — El incendio ocurrido en el parque vehicular de Pemex, a un costado del complejo Pajaritos, sigue envuelto en dudas y contradicciones. Mientras que el Gobierno del Estado aseguró a través de un comunicado oficial que el siniestro fue provocado por un cortocircuito en uno de los vehículos estacionados, especialistas en materia de seguridad y siniestros, así como testigos presenciales, sostienen que la explicación no concuerda con la magnitud de los daños ni con la disposición de las unidades afectadas.
De acuerdo con la versión oficial, el fuego inició en un tráiler y rápidamente fue controlado gracias a la intervención de Protección Civil estatal y municipal, Seguridad Física de Pemex, SEDENA, Marina, Guardia Nacional y cuerpos de auxilio privados, sin que se registraran personas lesionadas ni fuera necesaria la evacuación preventiva.
No obstante, expertos en siniestros consultados consideran improbable que un cortocircuito haya sido el origen del siniestro, ya que uno de los vehículos reducidos a chatarra se encontraba a más de 100 metros de distancia del punto señalado como foco inicial. “No hay una explicación técnica de cómo un corto en un vehículo pudo alcanzar con tal rapidez a otras unidades tan alejadas”, subrayó uno de los especialistas.
A estas dudas se suman los testimonios de personas cercanas al área, quienes prefirieron reservar su identidad pero coincidieron en que las fotografías del lugar muestran evidencias que contradicen la versión oficial. “Lo que vimos no parece un accidente eléctrico, había llamas en puntos distintos”, relató un trabajador de la zona industrial.
Las incongruencias han encendido la sospecha de que el siniestro pueda estar vinculado a un acto deliberado, incluso relacionado con las amenazas de cobro de piso que circulan en el sur de Veracruz. Aunque el Gobierno del Estado mantiene su postura inicial, la presión social y mediática crece para que los peritajes oficiales aclaren con transparencia las verdaderas causas.
Por ahora, las investigaciones continúan y los resultados de los análisis técnicos y de las cámaras de seguridad del parque vehicular serán determinantes para despejar la incertidumbre. Mientras tanto, en Coatzacoalcos prevalece la desconfianza hacia las explicaciones gubernamentales.