Consuelo Estrella Rivero Hoyos (40) de nacionalidad boliviana se mostraba como una mujer pudiente y exitosa en sus redes sociales, pero no tenía trabajo. Sin embargo, en su país de origen ya contaba con denuncias por estafa e incluso estuvo presa por este mismo delito.
Consuelo Estrella Rivero Hoyos, una mujer de 40 años y de nacionalidad boliviana, acusada de estafa a diferentes empresarios del Perú a través de Tinder, una aplicación de citas y encuentros. Rivero Hoyos habría encontrado uno de los medios para contactar a los hombres peruanos y lograrlos conquistar por su impactante belleza.
De acuerdo con el reportaje de Cuarto Poder, Consuelo se presentaba como una abogada de la Universidad Nacional de San Marcos y coordinadora del área legal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en América Latina y el Caribe. Es así como logra contactar a su primera presunta víctima, a un administrador de empresas, experto en marketing y profesor de postgrado en una reconocida universidad en Lima.
“Pensé que era una persona que quería contactar conmigo para fines profesionales y es por Zoom que en menos de una semana esta persona me enamora (…) Me dijo que trabajaba en un organismo internacional.”, relató Julio Chirinos al dominical.
Entonces Chirinos se había enamorado de la falsa abogada y comenzaron una relación. A pocas semanas, le convenció en comprar un terreno en Bolivia. “Al cabo de un par de semanas ya estuve compartiendo los gastos de la inversión de un lote de 500 metros cuadrados al norte de Santa Cruz valorizado en unos 150 mil dólares, cuotas de 800 dólares. La plata se la daba a Consuelo”, manifestó.
Sin embargo, esta no fue la única inversión que pidió Consuelo, ahora vendría un departamento con una cuota inicial de 12 mil dólares y posteriormente 1.500 mil dólares mensuales. Este inmueble sería pagado por ambos, pero Chirinos afirma que nunca le pidió los contratos de estas compras, porque conoció a su familia de su entonces pareja y no desconfió.
Otra de las cosas que descubrió el administrador de empresas fue que Consuelo no solo mantenía una relación con él, sino que habría tenido más parejas en ese mismo periodo. Asimismo, indicó que las salidas del departamento no fueron por temas laborales, sino para tener la oportunidad de salir con otros hombres. “Ella utilizaba Tinder para poder prospectar personas con altos ingresos económicos”, afirma Chirinos.
Nueva víctima
Consuelo utilizó la misma red social para contactar a Germán Caballero, un empresario dedicado a la agricultura. Todo comenzó por un match y luego una cena que fue pagada por la mujer. “Yo la conozco por Tinder. Ella capta a las personas -me imagino- por Tinder. Me invitó a la Huaca Pucllana a cenar. Ella me invitó, pagó todo, me sorprendió. Ella trabajaba en la PNUD de abogada. A mí me cayó muy bien, una persona madura que trabajaba, independiente”.
Luego de varias semanas, Consuelo le informa a Caballero que se encontraba embarazada mediante una ecografía que le envía. No obstante, el empresario procede a verificar si las imágenes coinciden con el tiempo de su relación.
“Gracias a Dios yo tengo un amigo que es ecógrafo y le digo cuántas semanas tiene esto y me dice entre 10 a 12 semanas. Entonces, la llamo y le digo: ‘oye nunca más me vuelvas a llamar, no quiero saber nada más de ti (…) esto no es mío’”, le informó a Consuelo.
Más víctimas
Estas historias no serían las únicas que involucran a Consuelo, puesto que también contactaba a familiares o amigos cercanos de sus exparejas. En este caso, conoció a Isabel, quien denuncia a la mujer boliviana de deberle dinero tras ganarse su confianza, porque se casó con uno de sus mejores amigos.
“Inicialmente me dijo 15.000 soles y después me pidió más, en total ella me debe 42.000 soles (…). Ella sabe perfectamente porque es su negocio, sabe que por préstamo no hay cárcel. Ya prácticamente se desentendió de la deuda”, afirmó.
Además, comentó que nunca la han visto trabajando y que habría vivido del dinero que le entregaban sus conquistas. “Una vez que capta a las personas, su fin es casarse, es una delincuente, una estafadora”, añadió.
El cambio físico
Consuelo habría cambiado de imagen para conquistar a sus víctimas, así lo confirma Claudia, otra persona estafada. “Ella pregunta dónde trabajas, cuánto ganas, ve qué te pones, hasta qué perfume de echas, ella estudia a las personas. Es un fantasma, un holograma, alguien que fingió ser lo que no es”, declara esta víctima.
Antecedentes de Consuelo
El programa dominical, mostró que Consuelo tiene antecedentes en Bolivia por estafa e incluso estuvo presa. En este sentido, habría venido al Perú para continuar cometiendo estos delitos. Asimismo, se comprobó que nunca realizó un doctorado en la Universidad Mayor de San Marcos, como tampoco trabajó en PNUD como abogada.