12 de noviembre de 2025.
CRONICAS, RELATOS Y LEYENDAS DE ATOYAC, VER.
12 de noviembre día del cartero.
Ha sonado el timbre de entrada en la Escuela Primaria Gral. Lázaro Cárdenas, en la colonia Los Pinos, los niños y niñas corren a formarse, doña Manda está en la puerta principal esperando a los últimos alumnos que corren para lograr entrar a la escuela, sonríe, allá saliendo del túnel viene todavía un niño corriendo, baja los casi cuarenta escalones que lo separan del arroyo que corta en dos la pequeña explanada de tierra frente a la escuela, cruza el puentecito y llega a los escalones que lo separan de la escuela, jala aire, ve a doña Amanda parada en la puerta, jala un poco de aire, y poco a poco sube los escalones hasta llegar a la puerta, espera un regaño, pero no, aquella vez la conserje de la escuela no lo regaña, le dice que se apresure a formarse.
Llega y escucha la voz del profesor Julián León Cruz, director de la escuela, “tomar distancias”, estira su mano hasta tocar el hombro de su compañero del frente, luego, “firmes, ya”, baja su mano, la siguiente orden que reciben los niños es “saludar” y se escucha en aquel viejo tocadiscos las notas del “toque de bandera” y aparece la escolta portando nuestro lábaro patrio, luego se entona el himno nacional y al término, se despide a la escolta.
Terminado el acto, se escucha la voz del director, esa voz fuerte y nítida, y dice:
Buenos días jóvenes, hoy es un día especial, tenemos en la escuela, como invitados de honor al cuerpo de Correos de Potrero, con nosotros se encuentran Don Alejo Avendaño y “Don Panchito” como es conocido el Señor Francisco Robles Estrada, quienes forman parte de la oficinas de correos y que su labor es llevar las cartas que se envían desde países lejanos hasta las puertas de su casa. Un aplauso para ellos, y se escucha el clap, clap, clap.
Y continúa el profesor Julián: jóvenes, el día del cartero fue instaurado el 12 de noviembre de 1931 por el presidente de la República, Pascual Ortiz Rubio en recuerdo de un hecho ocurrido en plena revolución mexicana cuando fue descarrilado un ferrocarril que transportaba oro y correspondencia militar y dos empleados postales sobrevivientes del accidente resguardaron el oro y la correspondencia, y ese acto de honestidad y valentía fue la causa para recordarlos por siempre el día 12 de noviembre de cada año.
A continuación, todos los niños pasarán a dejarle un pequeño obsequio a los señores carteros, pasarán por grupos para no amontonarse, maestros, maestras les encargo que pasen con sus niños.
Todos los niños entregan su regalo, ¿En qué consisten los regalos?, un jabón Kamay, una loción, una perfume de Avon, una crema para el cabello Jockey Club, o alguna otra cosita que mandaron con cariño los padres, “ora si se armó me mulas Pedro” dice Don Panchito guardando sus regalos en su bolsa de correos que utiliza para llevar la correspondencia, llegando a la oficina de correos harán el reparto entre todos.
Termina el evento con un fuerte aplauso, los niños entran a clases, los carteros salen de la escuela y se dirigen a las oficinas de la Sucursal 5 de la Sección 23 donde las autoridades locales han preparado un desayuno en su honor
Porque el servicio postal ha cumplido fielmente la entrega de cartas de amor, tarjetas postales y hasta giros en dinero, vaya un homenaje a quienes han laborado en esa noble institución, Antonio Gutiérrez Arias, Saúl Osorio, Miguel Chazarin, Martin Moreno, José Osorio, Honorio Chicato y a los descendientes de aquel gran cartero llamado cariñosamente Panchito el Cartero, José Pio Robles Olvera y Juan Francisco Robles Castillo, sin olvidar también a Don David Arteaga, quien repartía la correspondencia en la cabecera municipal, Atoyac. siguen presentes en la memoria de los atoyaquenses.
P. D. Una disculpa si por alguna razón he omitido el nombre de algún miembro de esta noble institución.
Recopilador Nazario Guadalupe Cebada Morales.







