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CLAROSCUROS
Masacre en Minatitlán: tema profundo y de largo plazo señor Presidente…
José Luis Ortega Vidal
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El primero de julio del 2017 -a cuatro días del multi infanticidio desatado en las inmediaciones de Coatzacoalcos y Cosoleacaque, Veracruz- fue detenido Hernán Martínez Zavaleta el “H”, en Villa Hermosa, Tabasco; se le acredita la autoría intelectual del asesinato de cuatro niños de 3, 4, 5 y 6 años de edad, ordenado por el crimen –a manos de rivales- de su sobrino Bernardo Cruz Mota (a) ´El niño sicario´ el 23 de junio previo. ¿Cuánto tardarán en capturar a los asesinos de la masacre en Minatitlán? El reloj corre…
Lo narrado en el párrafo anterior -producto de una lucha entre Los zetas y el cártel de Jalisco Nueva Generación- son hechos circunstanciales que corresponden a una realidad instalada en el estado de Veracruz –por lo menos- desde la década de los años 80s.
Es decir, una entidad sometida casi 40 años a la lógica de un crecimiento estadístico de la violencia y una variedad causal que tienen en común –entre otros factores- la lucha poder político, la pérdida de crecimiento económico en sectores populares, fracturas en la estructura macroeconómica e industrial y la aparición de nuevos mercados negros, mafiosos o simplemente ilegales como generadores alternativos de empleos.
La masacre del viernes santo, el 19 de abril, en la palapa “La potra” de la colonia obrera en Minatitlán se inscribe en esta línea histórica lejana a disminuir en sus resultados fatales.
Su incremento, contrariamente, se padece diariamente en el sur de Veracruz: con secuestros, asesinatos, masacres, cobros de piso, asaltos, trata de blancas, feminicidios, etcétera…
Sí, los 14 muertos resultado del ataque en una fiesta familiar –incluyendo un bebé de un año baleado y rematado como los cuatros niños de Coatzacoalcos- nos llenan de luto, dolor y son pieza clave para dimensionar el horror…
Pero en términos de análisis periodístico junto a elementos históricos, sociológicos, de las ciencias política y económica: es un tema más profundo y de largo plazo. Lo circunstancial se conecta a lo coyuntural y éste a lo estructural.
No era para menos: la matanza del viernes santo en Minatitlán salpicó la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador los días 21 y 22 de abril en Boca del Río y Veracruz.
Uno de los contextos que perjudican la lucha contra el crimen organizado en Veracruz es la pugna política entre la Fiscalía “independiente” heredada por el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y la Secretaría de Seguridad Pública a cargo del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Se cuestionó sobre el tema a AMLO en su conferencia de prensa mañanera del lunes en el Museo Naval del puerto de Veracruz y lejos de abonar a una salida oportuna, política, práctica y que beneficie a la lucha contra el enemigo común, el jefe del ejecutivo alzó la mano del gobernador Cuitláhuac García Jiménez reiterándole su respaldo político –la campaña electoral terminó hace varios meses- y afirmó que si bien no tiene pruebas sobre actos corruptos de Jorge Winckler, éste es herencia de la administración pasada.
Es un tema local que debe resolverse aquí, en Veracruz; el gobierno federal no intervendrá al respecto pero a la primera prueba de corrupción se actuará, dijo López Obrador.
El Presidente, pues, tocó la campana para el siguiente round a tres días del peor acontecimiento sangriento en la historia de Minatitlán.
Un tema de urgente coordinación en la investigación policiaca-operativa-
Sobre la masacre en Minatitlán la SSP de Veracruz ha identificado a dos presuntos sicarios; el fiscal afirma que serían seis; la SSP informa que formarían parte del Cartel de Jalisco Nueva Generación; la Fiscalía detalla que ninguna de las 14 víctimas tiene antecedentes penales y se trataría de una lucha entre cárteles enemigos.
Hay una contradicción ahí: ¿Por qué masacrar a 14 inocentes?
En concreto, autoridades federales apoyan a la Secretaría de Seguridad Pública en la búsqueda de los asesinos que responderían al mando de “El lagarto”, presunto jefe de plaza del CJNG en Minatitlán.
Una línea de investigación es el “cobro de piso” a ´La beki, dueño de dos bares y una de las 14 víctimas en la palapa de la colonia obrera de Minatitlán.
Hasta aquí hemos vuelto a la ubicación circunstancial de una tragedia.
Pero si razonamos que el tema es más profundo y de largo plazo, entonces arribamos a la coyuntura: la disminución de empleos por el cierre de factorías a partir de la imposición del modelo neoliberal desde la década de los 80s.
Aquella fue la época en que nacieron los complejos petroquímicos “Morelos” y ´Cangrejera”, luego de que a fines de la década de los 60s surgió el complejo “Pajaritos”.
No obstante, aquella inversión de PEMEX ocurrió en el contexto de un colapso de la economía nacional con la sucesiva devaluación del peso que dio inicio el 18 de febrero de 1982 (1) y se extendió varios años.
El Estado dio inicio al cierre de sus empresas y la iniciativa privada a deshacerse de negocios cuyos mercados nacional e internacional las hicieron inviables: CEDI en Texistepec y APSA en Jáltipan, La Llanura en Acayucan enviaron a la calle a miles de trabajadores; muchos de éstos migraron –sobre todo a Estados Unidos- y miles de mujeres se hicieron cargo del hogar.
Un estudio de la antropóloga María Elena Roca, de la Universidad Veracruzana, ubicó a muchas de estas mujeres trabajando en cantinas ante la falta de mejores opciones de trabajo y la necesidad de cubrir el rol de madres solteras porque buena parte de los migrantes no regresó y dejó de enviar dinero.
Los 80s también fue la época en que Agustín Acosta Lagunes “combatió” los cacicazgos con violencia y el líder cañero Roque Spinoso Foglia fue asesinado por ´La jaiba´ un temido pistolero de ´La sonora matancera´ encabezada por Felipe “El indio” Lagunes, primo del gobernador que manejaba el dinero de Veracruz en la bolsa de valores; por citar unos ejemplos.
Volvamos a la metodología: el asesinato de Spinoso Foglia como la matanza de Minatitlán, igual que el multi infanticidio de Coatzacoalcos son acontecimientos circunstancias.
Detrás de ellos, empero, hay elementos coyunturales: “El lagarto”, jefe de plaza del CJNG en Minatitlán presuntamente aparece en una fotografía conviviendo junto a elementos del ejército.
La corrupción en las fuerzas armadas no es tema nuevo: la historia del general José de Jesús Gutiérrez Rebollo ilustra dicha coyuntura.
Cuando el Presidente López Obrador declaró el lunes pasado que en Veracruz a cinco meses de su gobierno esos vínculos entre autoridades y delincuentes han desaparecido, podríamos estar escuchando a un Presidente desinformado o necio.
Hay antecedentes previos a la década de los 80s en Veracruz pero quedémonos ahí…
La macroeconomía, la instalación del modelo neoliberal que fracasó, el arribo de un gobierno que declaró la muerte del concepto creado por el economista norteamericano Milton Friedman y el afán de instalar en México un nuevo modelo macroeconómico de corte estatista con cierta, relativa, apertura a la inversiones privada nacional e internacional, constituye una nueva realidad Estructural.
MORENA, vuelto gobierno, atiende varios elementos estructurales: Porfirio Muñoz Ledo encabeza el plan de una nueva Reforma del Estado con una Constitución renovada, como lo hicieron Juárez en 1857 y Carranza en 1917.
Rocío Nahle, Secretaria de Energía, reitera la invitación a las empresas petroleras mundiales para que inviertan en la exploración y explotación del recurso energético bajo el atractivo de que los contratos petroleros signados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se respetarán.
Alfonso Romo, empresario y jefe de la oficina de la Presidencia de AMLO dialoga con los principales empresarios del país y los invita a invertir para que nuestro PIB crezca al 4 % prometido por el jefe de la 4ta Transformación.
Los aspectos estructurales son los más complejos, los más difíciles de entender pero están operando bajo esas visiones y el mando de un Presidente que lanza discursos de media hora, con quince minutos de un esbozo lineal de la historia.
No, Presidente: lo importante no es memorizar que Cortés llegó a San Juan de Ulúa un 21 de abril de 1519, sino adentrarse en el contexto de aquel hombre, de sus 500 soldados, de sus traductores entre ellos una dama reconocida como “La Malinche”, amén de las coyunturas regional y mundial que rodearon aquel arribo; como el Renacimiento, la deuda del reinado español con e inglés; la muerte de la edad medieval, etcétera.
La historia aporta y exige abordar sus temas de manera más profunda y de largo plazo: desde la perspectiva del pasado, del presente y la prospectiva que ello implica.
En lo personal creo en la honestidad del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
No pongo en tela de duda la perversidad que antecedió su gobierno y escucho con atención la hipótesis de ciertos intereses oscuros detrás del escándalo internacional desatado por la matanza de Minatitlán, amén de la inestabilidad social y política creciente en el sur veracruzano.
Gobernar implica enfrentar esos retos; trabajar 16 horas y desatar otros sentidos más allá de los otorgados por la naturaleza: el sentido común, por ejemplo; agudizar la sensibilidad, incrementar la templanza…
Los abrazos a Cuitláhuac García Jiménez implican la exigencia a su equipo para que dé más de lo que está dando a sabiendas de que el enemigo heredó un campo minado y sigue atacando en muchos frentes…
La aguda inteligencia de López Obrador y su histórico olfato político seguramente le han hecho saber que el enemigo también está en casa; siempre, por definición…
Y ese también es un tema más profundo y de largo plazo…
El propio Presidente de la República debe evitar perderse en su laberinto y repartir hilos de Ariadna con sus hombres y mujeres de confianza…
Cancelaron la mega construcción del nuevo aeropuerto y ahora invitan a los afectados por esa decisión a que inviertan en el país…
He ahí otra coyuntura del más alto nivel que afectó la estructura macroeconómica, lo que se refleja en la estructura de la seguridad, aterriza en circunstancias como la de Minatitlán y la resurrección de Herodes con tanto niño muerto en un México confuso.
- En los primeros años del gobierno de López Portillo la paridad se mantuvo más o menos estable. Pero el 18 de febrero de 1982, tras una crisis de divisas, el Banxico volvió a dejar flotar la moneda y al final de ese mes la devaluación ya era de 72 por ciento al llegar el dólar a 46 pesos. El siguiente salto se dio en agosto de 1982, cuando trascendió que México no podía pagar su deuda externa. Al cierre de ese año, ya en el gobierno de De la Madrid y luego de la estatización de la banca, el dólar llegó a 149 pesos con lo que en 1982 la devaluación acumulada fue de 470 por ciento. Los años siguientes fueron de locos, con crisis tras crisis. Al término de 1983 el dólar llegó a 161 pesos; a 210 en 1984; 453 en 1985; 913 en 1986; dos mil 225 en 1987 y dos mil 298 en 1988. En seis años el valor del dólar se multiplicó en 15.4 veces. https://www.
elfinanciero.com.mx/opinion/ enrique-quintana/las- devaluaciones-en-la-historia- reciente
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