La selección mexicana protagonizó un empate sorpresivo ante el Valencia en un amistoso que, lejos de dejar buen sabor de boca, arroja más dudas que certezas para ambos equipos. Valencia, sumido en una crisis profunda en LaLiga, ocupa actualmente el puesto 18 en la tabla, en zona de descenso directo. Con apenas una victoria en nueve jornadas y solo seis puntos acumulados, el club español está luchando por salir del pozo.
México, que esperaba imponerse ante un rival debilitado, no pudo capitalizar la situación. El equipo valenciano mostró destellos de competitividad, pero sigue lejos de ser una amenaza seria en su liga doméstica. El empate es un golpe para ambas escuadras: para México, que buscaba confianza antes de próximos compromisos, y para el Valencia, que sigue sin encontrar la fórmula para revertir su mala racha.
El conjunto valenciano ha tenido un arranque pésimo en LaLiga, con cinco derrotas y una diferencia de goles de -8. A pesar de haber sumado algunos empates, el panorama es sombrío y el fantasma del descenso acecha. Además, su próximo encuentro ante Las Palmas, un rival directo en la lucha por la permanencia, se perfila como decisivo para sus aspiraciones de mantenerse en la élite del fútbol español.
Este empate deja cuestionamientos en el entorno de la selección mexicana y refleja que todavía hay aspectos por ajustar de cara a futuros compromisos oficiales.