Zentla, Ver.- La inseguridad en las carreteras veracruzanas volvió a cobrar una vida. Este martes, Feliciana Campos García, conocida en su comunidad como “Doña Chana”, perdió la vida tras derrapar la motocicleta en la que viajaba junto a su hijo, quien resultó herido.
El accidente ocurrió sobre la carretera Colonia Manuel González–Cuatro Caminos, a la altura de Tenanzintla. Según los reportes, la falta de control en la unidad provocó que madre e hijo se proyectaran contra el acotamiento. Ella murió al instante; él, con lesiones, fue auxiliado por paramédicos voluntarios.
La tragedia desnuda una realidad que se repite con alarmante frecuencia: las carreteras rurales del estado, muchas en condiciones precarias, se han convertido en escenarios mortales para quienes dependen de una motocicleta como único medio de transporte. En comunidades como San Vicente —de donde era originaria la víctima— la moto no es un lujo, sino una necesidad.
La Fiscalía regional abrió una carpeta de investigación, un trámite rutinario que difícilmente tocará el trasfondo: la combinación de falta de mantenimiento en caminos, nula cultura vial, ausencia de cascos y la omisión de autoridades para implementar medidas de seguridad en vías donde los accidentes ya son cotidianos.
Detrás de cada nombre, como el de Doña Chana, hay una familia enlutada y una comunidad golpeada por la desprotección. Y mientras no se atienda la raíz del problema, la estadística seguirá creciendo, alimentada por vidas que terminan al borde del asfalto.