Nicolás David Ramírez Villegas, mejor conocido como Nico, es un joven prodigio del ajedrez oriundo de Cali, Colombia. Desde los cuatro años, cuando su padre le enseñó a jugar, Nico mostró un talento extraordinario para este deporte, destacándose en competencias locales y nacionales.
Su pasión por el ajedrez lo llevó a frecuentar la Biblioteca Departamental, donde enfrentaba a jugadores adultos que rápidamente lo apodaron “el niño genio”. Con apenas 11 años, Nico ya ha acumulado un impresionante historial de triunfos, incluyendo 12 títulos nacionales individuales y otros 12 en competencias por equipos. Ha dominado todas las categorías de su edad, desde sub-6 hasta sub-12, consolidándose como una figura imbatible en el ajedrez colombiano.
El talento de Nico no se limita a Colombia. En Miami, fue recibido con honores por el alcalde y altos funcionarios del gobierno. Durante esta visita, recibió un ajedrez de cuero como obsequio, junto con una medalla y el reconocimiento de la comunidad. Estos gestos resaltan su impacto más allá de las fronteras de su país.
Además de ser un campeón en el ajedrez, Nico es un estudiante brillante. Cursa el séptimo grado, donde destaca en todas las materias, especialmente en lógico-matemática, su favorita. Su capacidad de aprendizaje rápido y su excelente memoria lo convierten en un modelo a seguir para sus compañeros.
Su amor por el conocimiento también se refleja en su hábito de lectura. Nico puede leer hasta siete libros semanales y ya ha explorado grandes obras de la literatura latinoamericana y mundial.
Aparte de su pasión por el tablero de ajedrez, Nico disfruta armar cubos Rubik, con un récord impresionante de tres segundos en el modelo 2×2. También le fascina el espacio, la música clásica, el jazz, los animales y construir con Legos.
Un sueño: ser campeón mundial
A pesar de su humildad y carácter noble, Nico tiene grandes sueños. Su meta es convertirse en campeón mundial de ajedrez, llevando el orgullo de Colombia y toda Latinoamérica a los escenarios más prestigiosos del mundo.
Con su combinación de talento, disciplina y amor por el aprendizaje, Nicolás David Ramírez Villegas no solo es un prodigio del ajedrez, sino un ejemplo de inspiración para las nuevas generaciones.