Budapest, 28 de junio de 2025.
Miles de personas marcharon hoy en la capital húngara desafiando la prohibición oficial impuesta por el gobierno del primer ministro Viktor Orbán, quien este año reforzó una ley que censura públicamente cualquier manifestación que “promueva la homosexualidad ante menores”.
Esta ley, ampliamente criticada por organismos internacionales y gobiernos europeos, es vista como parte de un giro autoritario que criminaliza la diversidad y refuerza el control ideológico del Estado sobre la sociedad.

La Marcha del Orgullo de Budapest, en su edición 28, fue declarada oficialmente como “evento cultural municipal” por el alcalde opositor Gergely Karácsony, con el fin de evitar su cancelación. En las calles, ondearon banderas arcoíris frente a un dispositivo policial tenso y a la presencia de grupos neonazis, convocados a una contramarcha bajo retórica de “defensa de valores tradicionales”.
La manifestación no solo responde a una agenda LGBTQ+, sino que se ha convertido en un símbolo de resistencia civil ante el autoritarismo de Orbán. La asistencia de más de 70 eurodiputados, representantes de 30 embajadas y declaraciones de apoyo desde Bruselas —incluida la de Ursula von der Leyen— confirman el alcance continental de esta movilización.
Llenazo total en las calles de Budapest.
Ambiente festivo y de reivindicación pese a las manifestaciones nazis permitidas por el Gobierno. pic.twitter.com/GGsDIN356p
— Eduardo Rubiño 🏳️🌈 (@EduardoFRub) June 28, 2025
Orbán, que ya ha comparado en otras ocasiones el “adoctrinamiento de género” con la amenaza comunista, ha impulsado leyes que restringen medios independientes, controla el sistema educativo y promueve una identidad nacional homogénea.
La marcha de hoy no es solo una celebración de la diversidad, sino una confrontación directa contra un régimen que busca silenciarla. Algunos mencionan: