¿Qué es la H3N2?
H3N2 es un subtipo del virus influenza A (gripe) que circula estacionalmente en humanos desde que emergió como agente pandémico en 1968 (la llamada “gripe de Hong Kong”). Desde entonces, H3N2 se ha mantenido como uno de los principales virus responsables de temporadas severas de influenza, sobre todo entre adultos mayores y personas con condiciones crónicas.
¿Qué está ocurriendo ahora (diciembre 2025)?
Subclado: descendiente, un poco igual y un poco diferente, de…
En 2025 las redes de vigilancia detectaron un subclado de H3N2 (identificado por algunos laboratorios como J.2.4.1 o “subclado K”) con cambios en su proteína hemaglutinina —es decir, diferencias que pueden hacerlo parcialmente distinto a la cepa seleccionada para la vacuna de la temporada 2025–2026. Esa “deriva antigénica” preocupa porque puede reducir la protección vacunal frente a infección sintomática, aunque la vacuna sigue ofreciendo protección importante contra enfermedad grave y hospitalización.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS/PAHO) y otros organismos ya emitieron alertas sobre la situación y compartieron datos preliminares de efectividad vacunal y actividad observada en el Hemisferio Sur, que ayudan a preparar la temporada del Norte.
Vacunas: qué protegen y cuál es la recomendación para México
Las vacunas de la temporada 2025–2026 incluyen un componente A(H3N2) diseñado con las mejores predicciones disponibles en el momento de su selección. En México, la campaña invernal recomienda el uso de la vacuna estacional (formulación adoptada por el sector salud) para grupos prioritarios: personas mayores, gestantes, personal de salud, niños y personas con comorbilidades. Aunque puede existir un ajuste entre la vacuna y el subclado que circula, la documentación científica y los organismos de salud enfatizan que la vacunación reduce riesgo de complicaciones, hospitalización y muerte.
¿Qué grupos corren más riesgo?
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Adultos mayores (≥65 años)
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Niños pequeños (especialmente <5 años)
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Embarazadas
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Personas con enfermedades crónicas (diabetes, enfermedades cardíacas, respiratorias, inmunosupresión)
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Personal sanitario y cuidadores de grupos vulnerables.
Las temporadas dominadas por H3N2 suelen mostrar mayor impacto en adultos mayores en términos de hospitalizaciones y mortalidad.
Sintomatología y complicaciones
Los síntomas típicos incluyen fiebre súbita, escalofríos, tos, dolor de garganta, dolores musculares, dolor de cabeza y malestar general. En algunos casos puede evolucionar a neumonía, exacerbación de enfermedades crónicas o síndrome de dificultad respiratoria, especialmente en personas vulnerables. Ante fiebre alta, dificultad para respirar, dolor torácico intenso, confusión o empeoramiento rápido, debe buscarse atención médica urgente.
Epidemiología y brotes: qué esperar en México
Los datos de vigilancia indican que la actividad de gripe puede adelantarse o intensificarse según la aparición de subclados nuevos y la inmunidad poblacional de años previos. Por ello, las autoridades de salud están vigilantes y recomiendan completar la vacunación y reforzar la vigilancia clínica y hospitalaria. En regiones con circulación activa se han reportado aumentos en consultas respiratorias y en ocupación hospitalaria por influenza en temporadas dominadas por H3N2.
¿Qué tan peligroso es este subclado para México?
No hay evidencia actual que indique que el virus sea intrínsecamente más letal que H3N2 de temporadas anteriores, pero la combinación de:
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deriva antigénica que puede reducir la protección vacunal,
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baja inmunidad de población frente a H3N2 por temporadas anteriores, y
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circulación simultánea de otros virus respiratorios,
hace que el riesgo de olas más intensas en carga hospitalaria aumente. Esto no implica pánico: implica preparación (vacunación, vigilancia y acceso temprano a atención).
Cómo protegerse
¿Recuerdas el COVID-19? Al tener mecanismos de contagio similares, puedes protegerte usando las mismas prevenciones:
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Vacúnate: si eres parte de un grupo prioritario, acude a la vacuna estacional. Aunque la eficacia puede variar, la vacuna reduce significativamente el riesgo de enfermedad grave.
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Higiene respiratoria: cubrirse al toser/estornudar, usar pañuelos desechables y desecharlos, lavado frecuente de manos con agua y jabón o gel con alcohol.
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Mascarilla en espacios cerrados y concurridos: para personas vulnerables o cuando hay alta transmisión local.
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Ventilación: priorizar espacios ventilados o hacer pausas para ventilar áreas interiores.
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Quedarse en casa si hay síntomas: evitar exponer a otras personas, especialmente ancianos y enfermos crónicos.
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Consulta temprana: si presentas fiebre alta, dificultad respiratoria o empeoramiento, busca atención; los antivirales (como oseltamivir) son más efectivos si se inician en las primeras 48 horas en pacientes de riesgo.
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Protege a los niños y a las embarazadas: la vacunación del personal de cuidado y del entorno reduce riesgo de transmisión.
¿Qué están haciendo las autoridades?
Organismos internacionales y nacionales mantienen vigilancia genómica y clínica, actualizan recomendaciones vacunales y emiten alertas técnicas cuando es necesario. En México, los lineamientos de la temporada invernal y la estrategia de vacunación se mantienen activas para proteger a la población más vulnerable y mitigar la presión sobre los hospitales. La comunicación pública busca orientar y evitar pánico innecesario.
Para finalizar, un poco de historia y qué pasa en México.
La H3N2 surgió a finales de los sesenta y desde entonces ha protagonizado múltiples temporadas de influenza en el mundo. Su capacidad de mutación es una de las razones por las que el virus permanece activo y requiere vigilancia constante por parte de laboratorios y autoridades sanitarias.
La H3N2 no representa un riesgo extraordinario para México más allá del comportamiento habitual de la influenza estacional. Sin embargo, recuerdan que la prevención, la vacunación oportuna y la atención médica adecuada siguen siendo esenciales para evitar complicaciones en grupos vulnerables.



