*Transportaban autos de exportación de la VW; pérdidas millonarias
José Guerrero Miravete/El Dictamen/Acultzingo, Ver.-
Sujetos desconocidos sabotearon las vías férreas en el municipio de Acultzingo en el lugar conocido como La Pera y eso provocó el descarrilamiento de 11 vagones.
Sujetos desconocidos cortaron más de dos metros de los rieles en el kilómetro 293+300. Los carros ferroviarios transportaban autos de lujo que serían exportados a Europa.
De los 11 vagones, seis quedaron totalmente volcados e incluso algunos se fueron al barranco y cinco más, quedaron semivolcados.
El convoy del tren procedía de Puebla de la empresa Volskwagen de Puebla con vehículos de exportación que se destinarían al mercado europeo, por lo que las pérdidas fueron millonarias.
En el tren de carga viajaban los trabajadores Artemio Dorantes, conductor; René David Hernández, maquinista, y Abimael Hernández, garrotero, por fortuna salieron ilesos en el accidente.
De acuerdo con el secretario general de la Sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), Hermilo Bello Merino, gracias a un sistema que se denomina dirigible y que le da cierta elasticidad a las máquinas entre uno y otro riel, la tripulación logró pasar el tramo cortado, pero los vagones volcaron.
Explicó que debido a la hora no se pudo hacer nada en el sitio del accidente, pero desde las ocho de la mañana de este miércoles arribaron trenes de auxilio procedentes de México y Puebla para trabajar por ambos extremos y ver qué vagones se pueden rescatar o bien se quitan para despejar la vía.
El dirigente ferrocarrilero señaló que hace un año se tuvo otro descarrilamiento exactamente en ese lugar también por una situación similar.
El entrevistado señaló que ahora, el modus operandi de los delincuentes es sabotear las vías para provocar descarrilamientos y así evitan problemas de estar viendo cómo se llevan la mercancía, pues ahora les resulta mejor ir después por los vagones que quedan desechados y hasta con tráileres acuden para cortar el metal de las góndolas para llevárselo y después venderlo como fierro viejo.