Jorge Salazar García. 22/06/2025
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Alguien dijo que sólo se necesitaba un gobernante loco para apretar el botón nuclear. Tal posibilidad, naturalmente, se duplica habiendo dos. Los únicos que los detienen son quienes financiaron su ascenso al poder. En Estados Unidos (EE.UU), por ejemplo, lanzar bombas en ciudades (Hiroshima y Nagazaki) lo decidieron los judíos sionistas que dicen tener un destino predeterminado por Dios. Para eso despojaron a Palestina de su territorio (1948) asociados a Estados Unidos (EE.UU) donde actualmente controlan el 90% del congreso y la banca y ahora van por el petróleo de Irán. A esos sionistas obedecen Donald Trump y Benjamín Netanyahu.
Estos dos psicópatas y sociópatas, títeres de las corporaciones (militares, tecnológicas, bancarias, farmacéuticas, etc.), desean iniciar una conflagración nuclear en Medio Oriente. Ambos están ansiosos de lanzar bombas atómicas en Venezuela, Cuba e Irán, por lo menos. Este dúo de paranoicos asumen que todos los demás son una amenaza maligna. No existe otra realidad más que la suya. Ahora mismo son los únicos locos dispuestos a “empapar en sangre al Mundo (Naomi Klein) iniciando una guerra nuclear.
La patraña divina
EE.UU siempre dice buscar la paz haciendo la guerra. Por esa razón el escritor Eduardo Galeano acertó al decir que “La paz del mundo esta en manos de quienes hacen el negocio de la guerra”. Lo cual a nadie debiera sorprender, dado que esos conflictos generan jugosas ganancias a las multinacionales. Es todo un entramado perverso que incluye la inducción de un estado de shock en la población para justificar la guerra (Naomi Klein, “La doctrina del shock”). ¡Irán nos quiere atacar con bombas nucleares! ¡Vayamos a la guerra!, grita Trump desde la Casa Blanca y Netanyahu desde Israel. Tanto uno como el otro divulgan la patraña de que Palestina es la tierra prometida por Dios a los judíos. Probemos que dicha añagaza la han venido construyendo los judíos sionistas desde hace mucho tiempo.
En 1660 el colono, John Cotton dijo que a una Nación le asiste el derecho de expulsar a otra sólo si tiene un designio especial del cielo. El periodista John L. O´Sullivan escribió en su artículo “Anexión” (1845): “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente …”. Después de la guerra de secesión, (1861-65), conservadores y liberales adoptaron ese destino manifiesto creando sus partidos demócrata y republicano, controlados por la banca judía.
La creencia en un destino superior fue utilizada por Hitler cuando reclamó para sí un espacio vital despojando a otras naciones. Pero dado su fracaso, la banca judía que lo financió, chantajeó a la comunidad internacional para crear el Estado de Israel en 1948 en la tierra que pertenecía a los Palestinos. Lo lógico hubiera sido hacerlo en Alemania que los victimizó. Benjamín Creme, líder de la secta Nueva Era, publicó en 1982 lo siguiente: “ el plan incluye el establecimiento de un nuevo gobierno del mundo”. Ahora mismo, el gobierno yanqui, empeñado en recuperar la hegemonía mundial, inspirado en la frase de De Gaulle “Yo o el caos” apoya a Israel bombardeando las plantas nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, en Irán, lo que seguramente hará que las radiaciones se expandan mortalmente en la región.
Del buen Judío al judío sionista.
Antiguamente se afirmaba que había judíos buenos y malos: Jesús y los seguidores del cristianismo son los buenos y, los malos, los practicantes del judaísmo fundado por Abraham en 1800 a.C. Como todas las religiones, al ser controladas por grupos de interés, el judaísmo institucionalizado se corrompió originando el sionismo que gobierna en Israel. Lo relatado en el libro “Historia del judío errante” (1990, Jean D` Omersson), conecta la postura perversa de ese judío hereje con la de Netanyahu.
Ahasverus el zapatero.
En Magdala, Galilea, nació Ahasverus, un zapatero que viajaba hasta Judá recorriendo 140 kilómetros ofreciendo su mercancía. Con 34 años de edad vivía triste y solo debido al rechazo, en su juventud, de María Magdala (Miriam) una bellísima mujer que vendía su cuerpo a hombres ricos, como el procurador Poncio Pilatos. Aunque intentó reconquistarla ofreciéndole todas sus posesiones fracasó; decepcionado y herido, decidió abandonar Galilea y partir hacia Jerusalén donde instaló su taller a puerta de calle. Allí dilapidó su patrimonio apostando en juegos de azar. Después de perder sus últimas posesiones ante Cartafilo, portero de Poncio Pilatos (PP), apostó su empleo. Volvió a perder y, aunque siguió haciendo zapatos, se convirtió en sirviente del Cartafilo. Cuidando la puerta del Procurador volvió a ver a Miriam. Desde luego, ambos profesaban el judaísmo, el cual fue clasificado por Poncio Pilatos en dos grupos: por un lado estaban los judíos puros que eran “modestos hasta la humildad y orgullosos hasta el delirio”; la otra partela componían “seres burlones, durísimos y estrechos”. A menudo mezclaban el dinero y la religión negándose a pagar impuestos. Su verdadero Dios era el dinero. Son los ancestros de los judíos sionistas actuales.
Miriam, convertida en seguidora de Jesús, se enteró que los judíos pidieron su encarcelamiento. Al ver que el portero era Ahasverus le pidió ayuda para liberarlo. El zapatero le dice que si, siempre y cuando ella regrese con él. Miriam lo rechaza y la discusión sube de tono. Pilatos los escucha y la llama adentro generándose el siguiente diálogo (Resumido).
PP: Dime, querida. Si salvo a ese hombre, acaso… -(Miriam no acepta).
PP: Ah! Así son los judíos… no soltáis nada a cambio.
Sin satisfacer la petición de Miriam, Pilatos se retira. Miriam que sale triste del recinto vuelve a toparse con el zapatero cuya amargura crecía igual que su odio al hombre que ella ahora amaba, y la ve retirarse.
En la mañana siguiente, desde su taller, Ahasverus ve pasar una multitud y entre ella a Miriam cuya atención la centraba en Jesús chorreante en sangre y al borde del desmayo. Un Centurión apiadándose, preguntó al zapatero si Jesús podría descansar un instante y beber un vaso de agua en su portal. Ahasverus, dirigiendo la mirada hacia Jesús se niega y viéndolo con odio infinito, le grita:
– ¡Anda!, ¡Anda ya! – Jesús se vuelve hacia él y con voz casi inaudible le dice:
–Yo ando porque debo morir. Tú, hasta mi vuelta, andarás sin morir!-Y continuó su camino.
Ahasverus entró a su taller y se desplomó, permaneciendo inconsciente tres días. Cuando despertó le invadía la culpa y la convicción de que su vida estaba acabada. Con esas sensaciones decidió echarse a andar sin rumbo. Saliendo de Jerusalén vio a Miriam bajando de una colina, quién sin verlo vociferaba:
– ¡Vive! ¡Vive! ¡Ha resucitado!
Ahasverus le gritó a Miriam con todas sus fuerzas:
-¡Cuando uno muere es para siempre!
Los sionistas
Ya noche y lejos de Jerusalén, Ahasverus, entró a una taberna para saciar su hambre y sed. Entre el barullo vio a un hombre de barba negra que Poncio Pilatos había liberado a cambio de Jesús. Era Barrabás. Ahasverus, deseando morir pronto, se hizo salteador de caminos uniéndose a su banda, sin saber aún de su inmortalidad. Al morir Barrabás, tomo el liderazgo y pensando vengarse de Jesucristo y Miriam: mató, torturó, violó y descubrió su Inmortalidad. Cuando se cansó de esa vida tomó camino hacia Roma, desempeñando la mayoría de oficios y artes conocidas en el mundo. Estando en Asís (Italia), bajo el nombre de Giovani Buttadeo, se hizo amigo de Francisco de Asís, hijo del comerciante Pietro di Bernardone quien lo llamó “Inmortal” por haber sobrevivido a palizas y heridas. Como no puede morir, no sabe vivir, esa es su tragedia. Sigue esperando el juicio final. Esa incapacidad para vivir en paz esta presente en los actuales judíos sionistas. En todos lados se hacen odiar por sus abusos. En su alma reina la codicia, el odio y el desamor.
La última referencia del judío errante proviene de su participación en el rescate de los pasajeros del avión de Air France en Entebbe, Uganda en 1976. Ese día el hermano de Benjamín Netanyahu, Jonathan, con 30 años de edad, educado en Harvard, murió impactado por una bala de un francotirador desconocido.
¿Qué hacer?
Un camino es apoyar las iniciativas de paz de China y Rusia que proponen un acuerdo que incluya el cese al fuego, protección a los civiles y un foro de diálogo mundial. Israel ya destruyó la planta nuclear de Arak y los EE.UU otras tres involucrándose directamente en esa guerra de agresión cuyas consecuencias afectarán a todos. Complementariamente podría consumirse menos productos yanquis y pedirle a la Presidenta Sheinbaum condene el genocidio en Gaza.
Una semilla de solidaridad podría evitar a otros caer en la trampa del fanatismo, el odio o la indiferencia total.