CDMX, Edomex y Morelos. – El Gran Bosque de Agua, uno de los pulmones más importantes del centro del país, se ha convertido en un territorio de disputa para el crimen organizado y la tala ilegal, lo que ha provocado la pérdida del 40% de su cobertura forestal en las últimas tres décadas, advirtió Judith Vanegas Tapia, presidenta de la Comisión de Desarrollo Rural del Congreso de la Ciudad de México.
Este corredor biológico, que conecta la Sierra del Ajusco (CDMX), las Lagunas de Zempoala (Edomex) y el Área de Protección de Flora y Fauna Chichinautzin (Morelos), se extiende por 235 mil hectáreas de bosques que proporcionan servicios ecosistémicos a más de 25 millones de habitantes de 37 municipios y alcaldías de la región.
El Gran Bosque de Agua abastece hasta 70% del agua que consumen las zonas metropolitanas de Ciudad de México, Cuernavaca y Toluca, además de regular el clima, capturar carbono y albergar 10% de la biodiversidad nacional, entre ellos especies emblemáticas como el venado cola blanca, puma, búho, halcón, ajolote y teporingo.
Huitzilac, foco rojo de violencia
La diputada Vanegas Tapia advirtió que, pese a los operativos conjuntos de la Profepa, Guardia Nacional, Ejército Mexicano y la CORENADR, la zona de Huitzilac, Morelos, sigue siendo un punto crítico.
“Ahí confluyen grupos dedicados a la tala ilegal, lo que ha derivado en múltiples conatos de violencia”, señaló.
Los taladores clandestinos se enfocan principalmente en árboles de pino, oyamel, caoba y ceiba, maderas que se comercializan en el mercado negro convertidas en tablas o polines.
En la Ciudad de México y Estado de México se han registrado avances con el desmantelamiento de aserraderos ilegales y la captura de talamontes. El caso más reciente ocurrió el 4 de septiembre en Santa Martha, Ocuilan, donde se aseguraron 4.8 metros cúbicos de madera —equivalentes a mil árboles— y se detuvo a tres personas.
Propuesta: pagar por cuidar el bosque
Vanegas Tapia insistió en que, además de las acciones de seguridad, es indispensable invertir en los núcleos agrarios y ejidos, para que reciban ingresos por mantener y cuidar el bosque.
“En este último año hubo un aumento del 8% en el presupuesto destinado al suelo de conservación, y se está aplicando de manera contundente”, afirmó.
Convenio y cumbre ambiental
En enero pasado, los gobiernos de CDMX, Edomex y Morelos firmaron un convenio para proteger este ecosistema, con acciones contra la tala ilegal y la promoción de la participación comunitaria. El objetivo es que el Gran Bosque de Agua sea reconocido como “reserva hídrica de seguridad nacional”.
Por su parte, la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, anunció la realización de la Cumbre del Bosque de Agua, donde se presentarán avances de dicho convenio y se definirá una política integral en coordinación con comunidades locales.
“El futuro del centro del país depende en gran medida de los servicios ambientales que provee este bosque. Sin su protección, millones de habitantes estarían en riesgo”, advirtió la legisladora.