Con información de agencias
Lo que prometía ser un viaje inolvidable de primavera terminó en tragedia para Sudiksha Konanki, una estudiante universitaria de 20 años que desapareció en una playa de Punta Cana el pasado 6 de marzo. Su historia ha captado la atención internacional y puesto en el centro del debate las condiciones de seguridad en destinos turísticos del Caribe.
Konanki, originaria de la India pero residente en Estados Unidos desde 2006, cursaba el tercer año de Medicina en la Universidad de Pittsburgh. Junto a cinco amigas, viajó al lujoso resort RIU de Punta Cana para disfrutar de unas vacaciones. La noche de su desaparición, el grupo fue captado por las cámaras del hotel bebiendo en el lobby antes de dirigirse a la playa acompañadas por dos hombres.
El desenlace se dio alrededor de las 4:15 a.m., cuando Konanki decidió quedarse en la playa junto a Joshua Riibe, un estudiante de 22 años de Minnesota que conoció esa misma noche. Según el testimonio de Riibe, ambos se encontraban en el agua cuando una fuerte ola los arrastró mar adentro. El joven relató que fue rescatado por un socorrista y que, al recobrar el conocimiento tras vomitar agua, ya no vio a Konanki. Las cámaras del hotel lo captaron regresando solo a las 9:00 a.m.
La desaparición de la joven activó un operativo de búsqueda que involucró a autoridades de República Dominicana, el FBI y organismos de rescate locales. Días después, sus padres, Subbarayudu y SreeDevi Konanki, solicitaron que se le declare oficialmente fallecida tras concluir que se ahogó en el mar. “Ninguna declaración puede aliviar realmente nuestro dolor”, expresaron en una carta hecha pública.
El caso también ha levantado críticas hacia el trato que ha recibido Joshua Riibe, quien fue retenido en el hotel bajo custodia policial sin acceso a un traductor. Sus padres calificaron estas condiciones como “irregulares” y solicitaron oficialmente su liberación.
Este trágico suceso ha puesto en tela de juicio los protocolos de seguridad en playas y la gestión de turistas extranjeros en la isla caribeña. Mientras que el presidente dominicano, Luis Abinader, ha defendido la seguridad del país destacando que “recibe más de 11 millones de visitantes al año”, el lamentable caso de Sudiksha Konanki revela que incluso en los destinos turísticos más populares, la tragedia puede estar a solo una ola de distancia.